Seguramente para una gran mayoría de las personas, el canon hidroeléctrico resulta algo desconocido y hasta extraño. Sirva para presentarlo una pregunta que se habrá hecho mucha gente: ¿por qué en Galicia se paga la electricidad al mismo precio que en otras comunidades en las cuales no hay ni un embalse? Esta es la base de este canon que, propuesto por la Xunta, viene de ser avalado por el Consello Económico e Social como máximo órgano consultivo de la Administración autonómica. Debe conocerse que de toda la electricidad producida en los 34 embalses gallegos se exporta más del 60%, generando pingües beneficios para las compañías eléctricas, ninguna de las cuales (ni en capital ni en sede) son gallegas.
Bien es cierto que a estas alturas de la globalización, el tema de la nacionalidad no sería relevante si esta actividad, altamente lesiva para el medioambiente, se viese compensada de otro modo (por ejemplo, con rebajas económicas en el precio final). Pero hete aquí que la ciudadanía gallega padece los embalses sin recibir nada a cambio lo cual desde el punto de vista social no parece justo. Más aún, desde una perspectiva económica, no resulta muy eficiente.
Se equivoca en esta ocasión el empresariado al defender a Iberdrola, Fenosa y compañía Así pues, la medida de la Xunta se vislumbra acertada y muy oportuna para poner en valor uno de los principales recursos de Galicia: sus ríos. Ya se han anunciado posturas en contra, entre las cuales destacan la de la Confederación de Empresarios. No obstante, se equivoca en esta ocasión el empresariado al defender a Iberdrola, Fenosa y compañía porque no se trata de los 15 millones de euros previstos de ingreso. En este caso es todavía más importante dejar de manifiesto que para la segunda autonomía en generación de energía hidroeléctrica, esta explotación debería ser revertida en alguna medida en sus tierras y en sus gentes.
