Opinión

La ciencia del Gobierno

El nombramiento de un nuevo Gobierno constituye una noticia de máximo alcance. No obstante, llama la atención que el interés se centre en las personas y no en otras cuestiones igual de importantes.


Quizá en esto tengan culpa los propios responsables porque alguno de los nombramientos son difíciles de explicar. En concreto, la continuación de la ministra de Fomento se escapa a toda lógica y, sin duda, debe haber alguna explicación que se nos escapa a los mortales. Asimismo, el tema de la dicotomía hombres-mujeres confío que haya tocado a su fin y que no vuelva a ser reseñable el número mayor o menor de mujeres frente a hombres, o viceversa. Más aún, lo único que podría ser noticia es un Gobierno sólo con ministras y con la actual normativa en materia de igualdad esto no es posible, lo cual no deja de ser curioso.


Sin embargo, más allá de las personas, la estructura y organización del poder ejecutivo constituye un pilar en toda acción de gobierno.


Fueron muchas las expectativas creadas por el presidente y da la sensación de que se han quedado a medio camino. Es cierto que ha habido algunos cambios notables, pero continúan rémoras del pasado que lleva a mantener ministerios casi sin competencias frente a otros que se ven sobrecargados. Entre las grandes apuestas cabe citar la cuestión de la ciencia y la innovación. Aquí, no sólo se crea un ministerio sino que se articula para su correcto desarrollo. Conviene recordar que tenemos experiencias en gobiernos no muy lejanos donde ya hubo Ministerio de Ciencia que acabó desapareciendo al no estar ligado a uno de sus pilares fundamentales: la Universidad. Ahora sí se da esta unión, aunque es una lástima que le falte su otra pata, que sería la conexión con el mundo de la empresa y la industria.



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