Opinión

Otero, Armas y Mikolaj Konopelski trío Y

Beethoven siempre ha sido mi guía”, “Bach y Mozart también me han sido grandes fuentes de inspiración, pero Beethoven es más universal en su llamamiento a la humidad”. Estas frases nos dan idea del respeto e inspiración que supuso para Brahms la personalidad y la obra de Beethoven. Ambos escribieron algunas de las obras más extraordinarias a la vez que populares de la historia de la música. Sus creaciones abarcan desde el sinfonismo lírico -en Beethoven también la ópera- hasta muy variadas piezas camerísticas. En este último aspecto las combinaciones instrumentales que llevaron a cabo fueron muy diferentes, entre ellas estos dos brillantes tríos.

Una es una obra de juventud, el trío de Beethoven, que carece de la profundidad de las obras posteriores, y la otra es una obra de madurez, de un Brahms que ya había anunciado que renunciaba a seguir componiendo. Beethoven compuso su Trío en Si bemol mayor op.11 a finales del siglo XVIII, momento en que los instrumentos de viento gozaban de gran popularidad dado las novedades que se habían producido en este rama instrumental. El trio, en un primer momento, fue escrito para piano, clarinete y violonchelo, pero, con fines comerciales, Beethoven escribió una segunda versión en la que sustituía el clarinete por el violín (la venta de partituras podía suponer importantes ingresos para los compositores; sino vendían no tenían editores, y por tanto la difusión de su música no era posible; por el contrario, si un estreno era popular podía vender cientos de partituras). Es una composición vital, llena de sorpresas y que, a pesar de ser de juventud, ya nos presenta a un compositor formado. En el tercer movimiento el compositor utiliza un tema popular en la época, el drama giocosoL’amor marinaro ossia Il corsaro de Josep Weigel, que adquirió tal popularidad que se cantaba por las calles de la Viena de finales del XVIII. En lo que respecta al segundo trío, se cuenta que cuando Brahms cumplió 58 años decidió no componer más. 

Pero escuchó a Mühlfeld tocar el clarinete, y quedó prendado del sonido de este instrumentista . Inmediatamente se puso a escribir, produciendo este trío, un quinteto para clarinete y dos sonatas para el mismo instrumento. Es un trío experimental en el que las variaciones juegan un papel importante. En este caso, el clarinete es sustituido por una viola. Una viola que tocará Humerto Armas que militó en las filas de la Real Filharmonía de Galicia, y que anteriormente había pasado por la celebérrima Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, antes de dedicarse a la docencia y sumarse al proyecto Ara Malikian Ensemble. Al piano, un gallego de A Estrada: Javier Otero Neira; intérprete de fuste que ha recibido diversos premios y acaba de grabar un exquisito CD dedicado a los “Impromptus” de Chopin, Schubert y Fauré. Y para terminar el galardonadísimo chelista polaco Mikolaj Konopelski que actualmente toca en la Orquesta Sinfónica de Madrid.

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