Opinión

GAJES DEL OFICIO DE LA MEDICINA

Cierto médico hacía su visita matinal a los enfermos de su planta a los que iba a operar.


Una paciente le preguntó:


-¿Por favor doctor, me haría el favor de decirme como me va a operar?


-Pero señora -dijo el doctor-; si ya se lo he explicado varias veces. Pensaba que lo habría comprendido perfectamente.


-Sí, doctor, ya lo sé -repuso la paciente-. Pero la mujer de la limpieza me ha dicho que hay otra forma de hacerlo.


En ese mismo hospital, mi hijo acaba de conseguir un empleo como vigilante en el parking.


Una tarde un hombre de aspecto distinguido aparcó su automóvil cerca de la entrada y echó a andar hacia el interior. Mi hijo se acercó a él y le dijo respetuosamente:


-Disculpe, señor, pero no puede aparcar aquí.


-¡Oh! -respondió el otro-. Lo siento mucho. El caso es que he estado aparcando en este mismo sitio, desde que me nombraron director.


A continuación, la escena tiene lugar en la consulta del psiquiatra.


-¡Está usted curado! -le dice el psiquiatra a su paciente-. Ya no necesita volver por aquí. Está usted dado de alta.


-¡Qué pena! -exclamó el paciente-. Ayer yo era Napoleón... y hoy no soy nadie.


En una clase de periodismo, preguntó un estudiante al profesor:


-¿Cuales son los escritos mejor pagados?


-Las recetas médicas, contestó el profesor.

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