Opinión

Aznar, la eterna china en el zapato

Esta semana, José María Aznar ha vuelto a provocar titulares al publicar la fundación FAES, que preside, una carta-informe en la que se expresa la disconformidad con la política del Gobierno respecto a Cataluña, califica esa política de acomplejada, marca distancias con la vicepresidenta Sáenz de Santamaría como nueva responsable de esa política y dice que el PP “ha asumido el discurso” de los independentistas. 

El análisis de FAES, que evidentemente recoge la opinión de Aznar, y sin duda ha sido promovido  por el ex presidente de gobierno, es  respuesta a unas declaraciones de Sáenz de Santamaría a Carlos Herrera en las que admitía que el PP se pudo haber equivocado al promover una recogida de firmas y presentar recurso al Tribunal Constitucional contra el Estatut, y que quizá habría sido más conveniente pactar una respuesta conjunta con el PSOE al desafío independentista.

La reacción de Aznar a esas declaraciones,  su respuesta en forma de análisis de FAES, ha provocado más algarada en los medios de comunicación que en las plantas nobles de la calle Génova, donde estos días los miembros de la dirección del PP están trabajando a pleno rendimiento en la preparación del congreso que se celebrará los primeros días de febrero. No le han dado tanta relevancia porque hace tiempo, años, que no consideran un sufrimiento el desapego de José María hacia Mariano Rajoy y hacia las iniciativas del PP desde que Zapatero le ganó las elecciones a Rajoy en el 2004. Desapego que continuó cuando Rajoy se convirtió en presidente de gobierno aunque de vez en cuando uno y otro han aparecido en actos públicos intentando transmitir la idea de que defendían un mismo proyecto. 

Por supuesto, Aznar nunca asumió lo que sin embargo es idea generalizada dentro y fuera del PP: que el resultado del 2004, en el que perdió Rajoy contra todo pronóstico, estaba directamente relacionado con el rechazo a la política de Aznar respecto a la guerra de Irak, y a la pésima gestión política que hizo el entonces presidente del gobierno a la conmoción que sufrieron los españoles ante el atentado de Atocha.

EL DINERO DE FAES

El distanciamiento  de Aznar hacia el PP de Rajoy se evidencia en varios aspectos,  pero entre los más significativos es que a pesar de ser presidente de honor del partido, no ha acudido a las reuniones de la Ejecutiva más que en marzo de 2011, cuando se adivinaba un adelanto electoral ante el declive de Zapatero, como así fue, y en diciembre de 2015, en la reunión convocada para analizar el resultado de las elecciones en las que Rajoy perdió la anterior mayoría absoluta, el PSOE tuvo el peor resultado de la historia, y los votantes convirtieron en importantes partidos parlamentarios a Podemos y Ciudadanos. En este último encuentro su intervención no puede calificarse de amable precisamente. Solicitó un congreso que “Debe ser abierto para que los militantes puedan definir el futuro de nuestro proyecto y elegir la dirección del partido”.

Previamente, había disculpado su asistencia a algunas de las convenciones y conferencias del PP, alegando compromisos internacionales, y de hecho aún no ha confirmado su asistencia al congreso del partido. Es verdad que aún no se han cursado oficial y formalmente las invitaciones, pero no es menos cierto que hace dos semanas que se conoce la fecha exacta de celebración del congreso y, si tiene interés en ir, Aznar cuenta con tiempo sobrado para encajar su agenda. Independientemente de que él no necesita invitación para asistir a ninguna reunión del partido y además es impensable que no se le  permita participar como orador si pide hacerlo.

CAUSAS VARIADAS

Tampoco ayudó la crisis económica que sufrió FAES cuando hace algo más de un año el gobierno advirtió que se veía obligado a reducir drásticamente las subvenciones a las diferencias fundaciones que sobrevivían gracias a la ayuda de fondos públicos, y entre las afectadas se encontraba FAES, que  al poco tiempo tuvo que realizar un ERE  ante la imposibilidad de asumir los costes salariales de todos sus empleados. Finalmente, Aznar decidió buscó otras alternativas y, en otoño, anunciaba que FAES se financiaría con patrocinios privados y se desvinculaba de cualquier partido político. El pasado octubre María Dolores de Cospedal y Javier Zarzalejos, secretario general de FAES, firmaban el acuerdo por el que se ponía punto final a la relación contractual entre las dos entidades. Un divorcio en toda regla que las dos partes consideraron amistoso.

Aznar por otra parte, a pesar de ser presidente de honor del partido, hace años que se dedica planamente a actividades privadas, fundamentalmente internacionales. 

Una trayectoria intensa

Durante un tiempo impartió cursos en la universidad de Georgetown y además forma parte del equipo de dirección del grupo Murdoch, de la máxima relevancia en el mundo de la comunicación, donde entre otros medios controla la cadena Fox, el Wall Street Journal o el sensacionalista The Sun. Asesora al bufete británico DLA Piper para sus actuaciones en Latinoamérica y desde que el Reino Unido aprobó el Brexit mantiene una actividad importante en ese país para ofrecerse como mediador ante empresarios y gobernantes ante los que empresas británicas quieren mantener o iniciar relaciones que sustituyan las que pueden perder con su salida de la Unión Europea.

Hace dos años creó en España el Instituto Atlántico de Gobierno, con un consejo asesor del que forman parte ex presidentes latinoamericanos, ex ministros españoles como Matutes, Piqué o Pérez Llorca, intelectuales y empresarios del máximo nivel como Vargas Llosa, Borja Prado, César Alierta, Brufau o Manuel Pizarro. El Instituto,  que Aznar quiso que dirigiera su hijo José María, tiene como objeto la organización de masters de gobierno y liderazgo, y seminarios y foros de actualidad impartidos por especialistas nacionales e internacionales. Hasta ahora no ha tenido el éxito que se le suponía, con menos matriculación de alumnos de los esperados inicialmente, pero Aznar contaba con que necesitaría un tiempo para hacerse un nombre y que atrajera a posgraduados de universidades españoles y también americanas.

¿Quiere Aznar demostrar que está ahí, cuando de vez en cuando da un golpe sobre la mesa para recordar que existe? ¿Pretende influir en un PP que se mueve  con un equipo que ya ha pasado página respecto a Aznar? ¿Le incomoda que Mariano Rajoy haya rectificado algunas de sus directivas más emblemáticas? Probablemente hay un poco de todo en sus deseos de marcar distancias con el Partido Popular actual de vez en cuando. Pero, mal que le pese al ex presidente , a Rajoy le importa bastante poco lo que diga o haga José María Aznar.

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