Opinión

La otra casta

Los dirigentes de Podemos han pasado meses criticando a lo que llamaban “la casta”, los partidos convencionales, PSOE y PP mayormente. Con frases incisivas, hirientes, marcaban distancias con ellos, pero bien que han recibido los apoyos de Pedro Sánchez para repartirse ayuntamientos y gobiernos en los lugares donde los dos partidos podían hacerlo gracias a que el PP no había logrado mayorías absolutas.

De repente, a Pablo Iglesias se le borraron las descalificaciones anteriores y el PSOE le parecía el más ético de los aliados. Aparecía así una nueva casta, la de Pablo Iglesias y Podemos y, curiosamente, a medida que transcurren las semanas, esa nueva casta empieza a ser cada vez más parecida a aquella que decían aborrecer.

La alcaldesa madrileña, por ejemplo, ha nombrado jefe de gabinete a un familiar cercano. Nadie de Podemos y de sus siglas afines ha dicho una palabra en contra, aunque tampoco se esperaba porque es evidente que en las listas municipales han tenido trato de favor las parejas o parientes de los mandamases de la formación política. Con la excepción de Tania Sánchez, apartada casualmente de la vera de Iglesias cuando empezó a tener problemas con la justicia. Pero en cambio la pareja de Teresa Rodríguez se ha convertido nada menos que en alcalde de Cádiz, porque la casta a la que pertenecían los dos decidió que nadie era más adecuado que Kichi para encabezar la lista municipal.

Como ocurrió con la pareja de Errejón, Rita Mestre, en lugar destacado de la lista de Madrid y hoy miembro del equipo de gobierno y flamante portavoz del ayuntamiento, aunque los rumores apuntan a que ya no convive con Errejón.

Pablo Iglesias ha hecho unas declaraciones en una revista británica en la que dice que es un “trágico problema político” la dispersión de los presos de ETA. Como en los últimos tiempos ya no defiende tanto a ETA como en el pasado, se ha apresurado a decir que se habían traducido mal sus declaraciones, argucia que en más de una ocasión ha utilizado la casta popular y socialista de la que abominaba. Pero no cuela, porque ha salido al quite Monedero para insistir en la idea de que los familiares de los presos etarras son víctimas de una situación injusta, y el propio Pablo Iglesias ha expresado también un sentimiento de solidaridad con esos familiares. Solidaridad que ha hecho reaccionar, con razón, a los familiares de los asesinados por la banda terrorista.

La otra casta sube en las encuestas, gobierna las dos alcaldías más importantes de España gracias al PSOE y se apunta a una cierta moderación porque pretende hacerse con los votos de los desencantados de izquierda. Pero no engañan a nadie: son lo que son. Casta. Pero de otra especie, porque cometen los pecados que critican en los demás pero pretenden dar lecciones de decencia, honradez y coherencia.

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