Alguna ventaja tendríamos que tener al no depender de un partido, grupo o jefe que nos condicione en estos tiempos en que todo se politiza o monetiza, que en demasiados casos viene siendo lo mismo, porque vivir y promocionarse con el presupuesto nacional hace tiempo que se ha convertido en la mejor opción, en la mejor carrera.
Sé que el proyecto de la variante exterior del AVE en nuestra ciudad tuvo el apoyo, no creo que lo siga teniendo, de la mayoría de nuestros políticos, a pesar de que es una obra que se puede comprobar fácilmente, absurda y negativa para los intereses de la gran mayoría de los ciudadanos, excepto para aquellos, pocos, que resulten directamente beneficiados con su ejecución; constructoras y propietarios de parcelas a expropiar. Para ellos, lógicamente es un problema y habría que encontrar alguna fórmula de resarcirles, al menos en parte, pero no podemos sacrificar el bien común de una gran mayoría, por los intereses de unos pocos.
El que haya contado con la aprobación de la mayoría política también es fácil de entender, como estamos tan obsesionados con el puto dinero, al tratarse de un proyecto de 500 millones, lo aprobamos sin más estudio, aunque la inversión sea para enterrarnos. Es algo parecido a que si nuestro alcalde, el Sr. Jácome, consiguiera una inversión para levantar su famoso rascacielos en Mariñamansa, sería también una obra absurda, superflua y negativa para la gran mayoría, sobre todo, cuando sobra construcción y falta población, pero eso sí, también beneficiaría a unos cuantos.
Pues el estropicio del proyecto de esta variante ferroviaria es mucho mayor, nada que ver, en último caso, la torre se podría dinamitar, pero los túneles de Montealegre, el viaducto sobre el Miño, las curvas y los kilómetros de propina que tendrían que hacer los trenes para llegar a su destino, no tendrían solución. Es triste contemplar que se esté hablando tranquilamente, en estos tiempos de grandes necesidades y miserias, de tirar 500 millones en una obra que, después del desastre ecológico que genera, lo único que consigue es que el tren llegue más tarde. No hay explicación posible. Es como si circulando por el túnel del Guadarrama, hiciéramos más kilómetros y tardáramos más que subiendo por el puerto del León. Incomprensible. Pues esto es lo que conseguiría este desafortunado proyecto, además de haber retrasado en gran medida la llegada del AVE a Ourense.
Sería interesante que un aficionado/a a esos vídeos que inundan nuestros teléfonos y ordenadores, realizaran uno con la simulación de dos trenes circulando por los dos trayectos. Uno, enchufado directamente sin frenar hasta las proximidades de la estación de San Francisco, (con la prudente velocidad de los actuales trenes Alvia, tardan, desde aquí, 3 / 4 minutos en llegar a la estación del Puente) sin curva alguna que no sea a fondo, ahora que estamos en tiempo de rally, esas curvas que, como en la carretera, se pueden tomar, prácticamente, a la misma velocidad que llevamos en las rectas.
El otro tren que, circulando por la variante proyectada, empieza a frenar, viniendo de Sanabria, a pocos kilómetros de Taboadela, para tomar una curva a la derecha para atacar la recta de Seixalbo, origen e inspiración del proyecto, después, con otra curva a la izquierda, más amplia, en descenso hasta Velle y el viaducto sobre el Miño, siguiendo otra curva a izquierdas, ya más cerrada, para enlazar con la vía que viene de Monforte y finalmente, otra curva, ésta a la derecha, también cerrada, para conectar con la que viene del actual viaducto, ya cerca de la entrada de la estación. Sería un video interesante y demostrativo de lo que expongo. Ahí dejo la idea.
