Opinión

La maldición de la recta de Seixalbo

Si observamos el trazado de la antigua línea de ferrocarril que nos ha comunicado con la meseta desde los años cincuenta del pasado siglo, (lo podemos ver todos en nuestros teléfonos) comprobamos que, prácticamente desde Sanabria, todo son curvas, curvas y contra curvas en su recorrido por los puertos de Padornelo y La Canda y después por A Gudiña, Laza, Villar de Barrio, etc., todo son curvas y más curvas hasta que por fin, una vez más, aparece el destino, la mala suerte o sus aliados, y nos encontramos con una recta, la famosa recta de Seixalbo, poco más de dos kilómetros en una trinchera en línea, pero que fueron suficientes para que alguien se le ocurriera la absurda y peregrina idea de aprovecharla para hacerla coincidir con el nuevo trazado de la línea del AVE y con ella iniciar ese salto al vacío que es el desafortunado proyecto de la variante exterior. Yo creo que todo este tinglado del absurdo proyecto, tiene su origen en esta recta, al menos su inspiración. También es mala suerte que esta solitaria recta haya servido para esto.

Sería conveniente que le echaran un vistazo al plano de la zona para entender mejor este despropósito disfrazado de obra necesaria, hasta el punto de que la gran mayoría de la bien pensante población, incluido políticos y ministros, estaban seguros de que era lo que había que hacer para que el tren llegara lo más rápido posible a la estación. Está claro que ninguno de ellos se había molestado en echarle un vistazo al plano de las obras para verificar que eso nunca sería posible, que todo era una mentira, que de lo que se trataba era de conseguir inversión pública, simplemente, no que fuera un proyecto útil y necesario.

En un reciente artículo de mi compañero en estas páginas, Afonso V. Monxardín, titulado, “Non furemos maís”, criticaba también este proyecto, de una forma mucho más suave, eso sí. (Ya somos dos, decía, yo creo, Afonso, que somos más, muchos más, “moitos mais”, lo que pasa es que no han tenido tiempo de ver los planos, tan pronto lo hagan, se apuntan, seguro, y también protestarán, denunciarán, escribirán y lucharán por ello) Se refería concretamente en su artículo, a la intención de perforar el largo túnel de Montealegre previsto en la segunda fase de esta obra, o mejor, de esta locura.

Hay palabras que en gallego parece que tuvieran un significado distinto al que le corresponde al traducirlas; la del verbo “ furar” es una de ellas, de esta forma, “non furemos maís”, da la sensación de que equivaldría también a decir; no fastidien más, no incordien más, por no utilizar ese otro verbo más sonoro y contundente en el que seguramente está pensando. Si lo traducimos al verbo perforar, por ejemplo, no inspira lo mismo, la cosa cambia, no es lo mismo, no es lo mismo, no sé si me explico. De acuerdo, Afonso. ” Pois sí, non furemos mais” y siguientes. ¡Por favor¡ ¡Por caridad! ¡Tengan compasión de este sufrido pueblo!

Defiende Afonso en ese artículo que, de acuerdo, ya que se ha adjudicado ese tramo hasta Seixalbo, sigamos adelante hasta ese punto, pero dejemos el resto del proyecto, ( por absurdo e inviable, esto lo digo yo solito) pero hay un detalle importante: Si empezamos por el túnel de Rante,( poco más de tres kilómetros) ese túnel forzosamente tendrá que ser en curva, a la derecha viniendo de Madrid, para enlazar con la dichosa e inspiradora recta de Seixalbo, esta sería la primera curva con radio inferior al que exige la alta velocidad, por lo que , en este punto, es donde termina el trayecto de alta velocidad, después forzosamente vendría otra curva, ésta a la izquierda, para volver a enlazar con el trazado actual. Es decir; un desastre.

Por lo que suplico, ruego, imploro a los responsable de esa obra; ingenieros, capataces y demás trabajadores que, en un acto de insumisión y rebeldía, como estaríamos todos obligados a realizar, militares incluidos, ante una orden injusta, y en este caso, además absurda, construyan ese túnel en línea recta, directo a San Francisco, es el camino natural, lógico y sensato de llegar a nuestra ciudad viniendo de la meseta castellana, desde la noche de los tiempos, lo demás está bien para ir de excursión y asar unas castañas en una tarde de magosto, vino y “brincadeira”.

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