Opinión

Los negacionistas, la locura y la imbecilidad

Reconozco que un titular como este debería estar firmado por un científico, médico, catedrático o similar, yo no soy ninguno de ellos, supongo que no hará falta aclararlo, pero aunque lo fuera, los resultados podrían ser lo mismo, porque en estos temas, en muchas ocasiones, entiendes mejor a un analfabeto que a un ilustrado.

En la reciente entrevista que el periodista, Évole, le hacía al famoso cantante Miguel Bosé, en México, le hizo muchas preguntas en relación con su negativismo sobre el coronavirus, pero le faltó hacerle alguna pregunta muy sencillita, después de su largo viaje : Sr.Bosé. ¿Se vendría conmigo a un hospital de la ciudad de México, dónde hay tantos infectados, y abrazar y besar si es que se gustan, a cualquiera de ellos o ellas? O tal vez, esta otra: En este caso, por lo que dice VD., esto lo organizó Bill Gates y sus compinches para eliminar personal y vender vacunas. Bien ¿Y quién organizó el sida, la peste negra, la malaria, el cólera y tantas otras epidemias y pandemias que ha sufrido la humanidad a través de su historia?

No sé qué respuesta nos daría, pero da igual, por eso decía antes que en estos temas, el nivel de intelectual que tenga tu interlocutor, cuando no se razona, no hay nada que hacer, da igual que existan pruebas, que se demuestre que entra una persona infectada y contagia a veinte personas o más, da igual que haya videos o testigos, da igual, en tocando “as cousas da cabeza”, no hay nada que hacer.

La locura es la enfermedad más triste que hay porque la naturaleza se encargó de proteger a los locos y a las locas, es la única enfermedad que se niega, si tienes cualquier otra enfermedad te vas al médico con humildad y le dices, tengo una hernia, doctor, me duele la cabeza o el estómago, pero si alguien te dice que estás loco, es un insulto, loco estará Vd., le contestará seguro, y todo esto porque la naturaleza algo quiere de los locos porque si no, le pondría una señal de alarma como a las demás enfermedades; fiebre, dolor, sarpullido o cualquier otro signo que lo identificara. De esta forma, si a un loco, imbécil o similar, le saliera un granito en un punto determinado, se le podría decir; perdone, amigo, Vd., está loco porque le ha salido el granito de la locura, o la fiebre de la imbecilidad, o veríamos si una PCR para la estupidez nos daba positivo, por ejemplo, y terminaríamos con la discusión. Váyase para casita lo antes posible, le doy la baja por diez días y punto. ¿Pero qué médico puede hacer esto hoy en día?

¡Cuántas catástrofes se evitarían si se le pudiera haber hecho una prueba de éstas a cualquier libertador, caudillo u otro líder cualificado antes de la lanzar una invasión, una conquista, pronunciamiento o alzamiento nacional¡ Pero no, no es posible, porque la naturaleza, dios, el destino o quien a VD. Le parezca mejor, lo han impedido. ¡Pa siempre ¡ . Como diría el José Mota.

De todas formas, aunque esta pandemia fuera obra de los humanos, porque siempre hay creídos en que somos algo importante, porque tienen mucho poder, o mucho dinero, tampoco tendrían razón. Si lo ha inventado Bill Gates y sus socios para vender vacunas, pues comprémosle las vacunas cuanto antes, también le compramos las bombillas a Edison cuando las inventó. En fin, un despropósito.

No hay manera de que enfoquemos estas cosas con humildad, sabiendo que la mayoría de los problemas no los podemos resolver con nuestros poderes ni con nuestra inteligencia, no es suficiente, sirve para lo que sirve, nada más. No tenemos más que comprobar los grandes fracasos que políticos y gente de gran éxito, acostumbrados a ganar, como Florentino Pérez, con su fracasada y elitista liga europea, por ejemplo, organizan una gran cagada monumental en pocos días, o cómo una prepotente, como la Sra. Monasterio, se puede cargar la mejor campaña publicitaria para que la Sra. Díaz Ayuso, salga elegida presidenta de la Comunidad de Madrid. No somos nada.

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