Opinión

Todavía estamos a tiempo

Todos nos encontramos en la vida con momentos, que pueden ser días, horas, minutos, incluso segundos, en los que está en nuestras manos el poder tomar una decisión, escoger un camino, un viaje, ir al norte o al sur, al mar o a la montaña, frenar o acelerar, elegir un trabajo, una profesión o una compañía. Otras veces no, diría que la mayoría, las decisiones no dependen de nosotros, nos vienen impuestas; por las circunstancias, por la naturaleza, por Dios o por el destino y sus asociados.

Corregir un error, poder girar a la derecha o a la izquierda, o saber el momento en que estamos en el punto de no retorno, puede ser lo que nos lleve a encontrar la solución, al éxito o el fracaso y, en muchos casos, a la vida o a la muerte. Putin tuvo un tiempo precioso para reflexionar, tomar otra alternativa y evitar una tragedia, pero no lo aprovechó, invadió Ucrania. La cagó, pase lo que pase. Réquiem por todas las víctimas que originó esa maldita decisión.

En un artículo de Pablo Galán que leo en La Región del pasado día 25 de mayo, veo que escribe bien e informado, tiene fuentes fidedignas, no como un servidor, que lo hace solo de oídas, viendo los planos y los comentarios, nos adelanta la importantísima noticia de que el Ministerio de Transportes está pensando en corregir ¡por fin! el gran error del desafortunado proyecto de la variante exterior del AVE en nuestra ciudad. ¡Casi nada al aparato! Aunque veo y observo con perplejidad, que no se le ha dado la transcendencia que tiene o debiera tener dicha noticia y acontecimiento.

 Dice textualmente el Sr. Pablo Galán; “... sospechando que el ente ferroviario esté pensando en aparcar la inversión de más de 300 millones y que la variante termine en Seixalbo, enganchando allí mediante un pequeño ramal con el corredor convencional.” 

“Que la variante termine en Seixalbo”, así, simplemente, sin avisar, a palo seco, como si tal cosa, dando la sensación de no querer oírlo ni leerlo, tratando de disimular y que no pase nada, increíble, silencio, a ver si siguen sin enterarse y que piensen que todo esto es para que el tren llegue antes. (los cinco minutos del ministro). A veces el sentido común se impone y se corrigen los errores que, por otros intereses que no son los que el tren llegue mejor y más rápido, se habían previsto, y el AVE llegará a nuestra ciudad por el camino natural, por donde siempre ha llegado la gente que venía de Castilla, por aquí han llegado los romanos, los celtas, los godos y los visigodos, estoy seguro que a ninguno se les ocurrió hacerlo cruzando el río Miño, que no es el Manzanares, tío, por la presa de Velle y la playa de Oira.

Corregir es de sabios, dice el clásico, pero hagámoslo bien, aunque cueste mucho dinero, pero merece la pena, porque el proyecto adjudicado hasta Seixalbo está viciado y si hacemos el túnel de Rante con una curva para enlazar con su ya famosa recta, no evitamos las curvas que siguen por el actual trazado, que por el contrario, las evitaríamos todas haciendo ese túnel orientado directamente hacia San Francisco, prácticamente una recta, y soterrando los últimos kilómetros antes de llegar a esa estación. De esta forma conseguiríamos la mejor solución para todo este largo y penoso episodio que tanto tiempo y dinero nos ha costado ya.

No se trata de vencedores ni de vencidos, de políticos progresistas ni del otro lado, que no sé cómo se llaman, de derechas ni de izquierdas, vamos a intentar encontrar la mejor solución entre todos; es bueno, simplemente, para la ciudad y su entorno. ¿Quedan ecologistas en Ourense? Nos lo agradecerán, las actuales y futuras generaciones lo recordarán, se trata de razonar y admitir que a veces la lógica, el sentido común y el camino más corto se unen y van de la mano. Si vemos un mapa de la zona, lo entenderemos fácilmente.

Pensemos, reflexionemos, corrijamos. Aunque afortunadamente, estamos en otros supuestos que no tienen nada que ver y no son tan dramáticos. No hagamos una “putinada”. 

Todavía estamos a tiempo.

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