El pesimismo fatalista y lúcido parece el estado natural del casi octogenario intelectual suizo Jean Ziegler, vicepresidente del Consejo consultivo de Derechos Humanos de la ONU que forma parte de mi consejo de ancianos particular junto con Noam Chomsky o José Luis Sampedro por ejemplo. Este conocido activista contra el hambre y las desigualdades en el mundo razona como si no hubiera salida a la situación actual.
En su último libro ''Destrucción masiva'. Geopolítica del Hambre',, sienta en primer lugar el hecho de que en un planeta con recursos suficientes para dar de comer al doble de su población, haya una quinta parte de sus habitantes que pasa hambre. Ziegler, profesor emérito de la Universidad de Ginebra, clama en el desierto ya desde hace años sin ser oído pero no por ello ceja en su empeño. Invita a subvertir el orden capitalista, que califica de 'criminal y caníbal', pesando el significado de sus palabras. ¿Cómo? Pues agrandando sus fisuras y grietas hasta llegar a derrumbarlo, eso sí, sin violencia sino mediante la fuerza de la resistencia pacífica. Luego, irrumpe claramente en el terreno de la utopía al proponer ocupar masivamente los bancos, nacionalizarlos y confiscar las ' riquezas robadas' por los especuladores financieros. Ahora bien, pese a este proyecto ilusorio, difícilmente realizable, tiene el mérito de denunciar el estado de cosas actual y pedir que se le ponga remedio. Días pasados, al presentar en Madrid su libro, exhortó a España a no pagar su deuda pública, que por cierto alcanza los 804.388 millones de euros, es decir, casi 76 % del PIB, nuestra riqueza nacional. Los pantallazos de la tableta electrónica de Jean Ziegler sobre Europa y España resultan preocupantes, es lo menos que se puede decir.
La Unión Europea, agarrotada
Hilvanemos ahora tres notas de actualidad sobre Grecia, Próximo Oriente y la Unión Europea para ver cómo va el mundo. ?En el atlas de los conflictos del momento, dejando aparte al sangriento de Siria -que es mucho dejar aparte porque ya ha causado 40.000 víctimas mortales-, concentrémonos en estos tres.
El primero, económico, Grecia, el rigor de las desdichas; el segundo, político, el del Próximo Oriente,ígneo en permanencia como la zarza ardiente de la Biblia, que se ha cobrado en un rebrote en Gaza nuevas vístimas, y el tercero, la contrucción inacabada de la Unión Europea, siempre en obras.
Grecia, 11 millones 250. mil habitantes, es el mayor rompecabezas de Europa, no termina de salir de su callejón sin salida. Estos días, la Unión Europea volvió a tropezar en la misma piedra con Atenas y, de resultas, la Eurozona está paralizada, agarrotada o mejor dicho, en riesgo de avanzar hacia atrás como los cangrejos. La macrodeuda griega asciende a la descomunal cantidad de 300.000 millones de euros, más del 120% del PIB de un país en permanente bancarrota. Para intentar una solución, la Unión Europea y el FMI negocian una ayuda por la que este último accedería a pagar a a Grecia 44.000 nillones para desatrancar momentáneamente la situación pues la deuda pública griega resulta inasumible. Pero aún no hay acuerdo, Alemania y los países ricos no dan el visto bueno. Va a haber elecciones alemanas en 2013 y la poderosa canciller Angela Merkel hace propuestas a largo plazo que no se compadecen con las urgencias griegas. La Hacienda de Atenas necesita árnica para ir tirando y, como dicen los editorialistas, mientras no se resuelva su crisis, habrá inestabilidad en el euro, o sea otra situación preocupante.?Una guerra indeseable
La segunda y sangrienta, el choque armado entre Israel y el movimiento Hamás, que gobierna la franja de Gaza, de 1,5 millomes de habitantes y 360 km2. Fue una guerra relámpago, indeseable, de ocho días que causó la muerte de 5 israelíes y 150 palestinos, lo que supone una vez más una proporción indignante que siempre se repite. (qué poco vale la vida de un hombre en esta región del mundo). Pero el presidente Barack Obama es decididamente un pacifista que no quiere guerras y detuvo la escalada junto con la secretaria de Estado, Hilllary Clinton, que se desplazó a la zona, y también con el apoyo del presidente de Egipto, el hermano musulmán Mohamed Morsi, un aliado que depende de los EEUU en ayuda económica y militar.?Todos ellos consiguieron sellar la paz de momento. Fue un enfrentamiento desigual entre el Ejército de Israel, superequipado con un sistema de defensa de misiles 'cúpula de acero' que destruyeron en el aire algunos de los cohetes de amás. Pote de hieerro contra pote de barro, pero la operacióm terminó en tablas. Por un lado, algunos cohetes de Hamás alcanzaron los alrededores de Tel Aviv y Jerusalén, lo que los palestinos celebraron como un triunfo histórico; por otro, Washington no permitió una incursión terrestre.
El pimer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, que prepara elecciones anticipadas, puede presentar la operación como un éxito porque ha dejado claro que no es posible bombardear Israel desde Gaza con cohetes de medio alcance. Todas las partes consideran haber ganado. Y así, hasta la próxima refriega en la inestable región.
Israel tiene una unión hipostática -como la del alma y el cuerpo- con EEUU, y siempre será prioritario para Washington. Pero éste último tiene que contar con las otras potencias del área: por una parte, con Egipto, Túnez y Turquía, con las que mantiene buenas relaciones, y por otra, con Siria e Irán, con las que está enfrentado. A cada nuevo episodio, se prenden las luces de este mapa luminoso que señala uno de los lugares más inflamables del mundo.
Fracaso europeo
Los avatares de la Unión Europea son afortunadamente de distinto cariz, problemático pero pacífico. Los jefes de Estado y de Gobierno han fracasado estrepitosamente en la aprobación del nuevo presupuesto 2014-2020, el presidente del Consejo, Herman van Rompuy no consiguió esta vez acercar las posiciones, la situación quedó tensa pero habrá otra oportunidad en el primer trimestre de 2013. La Unión Europea sigue siendo el reino de la palabra y de la negociación aunque sus reuniones sean maratonianas y, desesperantes por la imposibilidad de llegar a acuerdos.
Preocupante Unión Europea, Grecia cercana a la quiebra y explosivo Próximo Oriente forman la agobiante actualidad.
