El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, debiera darse mucha prisa en intentar la investidura cuanto antes, porque a medida que pasan los días se lo pone más complicado a sus hipotéticos socios. En estos días su partido ha sido procesado por el borrado a martillazos de los discos duros de los ordenadores de “ese de quien usted me habla”, un empresario implicado en la Gürtel ha dicho en su descargo que financió ilegalmente al PP, y dos ex altos cargos de un gobierno popular han resultado implicados en el caso ERE que era casi patrimonio exclusivo del PSOE andaluz. Entretanto Don Tancredo parece un corredor de cien metros lisos en comparación con Rajoy, que algo tendría que hacer, antes de que le caiga otro sumario encima.
