Después de llevar medio año hablando, hilvanando argumentos, réplicas y contrarréplicas y tras enlazar dos procesos electorales todo lo que se dijo en el debate cara a cara entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, era conocido porque se lo habían dicho en los monólogos sucesivos que ambos han mantenido, incluso en los debates parlamentarios. nada sobre los pactos el buen estado o la caída en barrena de la economía nacional, los silencios sobre lo que no se hará. Sánchez llegaba con la vitola de mentiroso, pero Feijóo se hartó de realizar afirmaciones de dudosa veracidad sobre economía, política exterior o política de pactos, política institucional. Todo lo que dijeron, o insinuaron a lo largo del debate era un dèja vu y se lanzaron al ataque y al contraataque con ausencia casi absoluta de propuestas nuevas y con silencios clamorosos. Feijóo no fue nada moderado, y Sánchez resultó arrollado. La forma se comió al fondo, que no se sabe dónde está.
