Opinión

Insultos

A algunos políticos españoles y a sus asesores, les falta mucha "finezza" para hacer del insulto una de las bellas artes, como hizo Thomas de Quincey con el asesinato. Andan escasos de ironía, sarcasmo y mordacidad para dejar tumbado en la lona al adversario con la palabra. Prefieren la brocha gorda. Los insultos que el community manager de Vox –el becario de verano, al parecer- ha dirigido a Ciudadanos por mantener el cordón sanitario sobre ellos es un salto cualitativo en las relaciones entre partidos.

En las Cortes españolas, en las que tantas situaciones tensas se han vivido, falta por asistir a un enfrentamiento a puñetazos como se ha visto en otros parlamentos. Y no es descartable porque a los dirigentes de Vox les pierde la testosterona y el “eso no me lo dices en la calle”. Por el momento no han pasado del matonismo verbal y de justificar lo injustificable. Es la segunda vez en poco tiempo que el CM tiene la culpa de lo que Vox dice en las redes. Vaya.

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