Mucho hablar de libertad pero el movimiento se demuestra andando. Libertad para todo menos para tener unos medios de información públicos, porque lo que un mandatario regional quiere no es una BBC de bolsillo sino un órgano de propaganda. Los increíbles vetos a Telemadrid de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, son una prueba palpable de que hace todo lo posible por despreciar un medio público que además financia con sus presupuestos autonómicos. Ayuso ha impedido al canal autonómico de televisión que produzca la señal de su toma de posesión y la difunda a otras cadenas el próximo día 19, cuando se supone que una de sus funciones es la de cubrir los actos institucionales, lo que evitaría además un gasto adicional. A Díaz Ayuso no le gusta Telemadrid porque la considera excesivamente crítica con la labor de su gobierno y no le gusta la libertad con la que actúa. Será que la libertad de una televisión pública es más peligrosa que tomarse unas cañas.
