Opinión

Odio

Existen padres que quieren que sus hijos tengan el éxito que ellos no tuvieron en las prácticas deportivas. Muchos creen tener en su casa un hijo que les resolverá los problemas para el resto de su vida jugando al fútbol o dándole a la raqueta. El ímpetu por empujar a sus hijos hacia el estrellato les lleva a convertirse en hooligans peligrosos, a perder la educación y el respeto y a veces llegan a agredirse entre ellos y a insultar a los niños del equipo rival. Algunos son tan torpes como el hombre de 49 años detenido en un campo de un barrio de Barcelona en el que jugaban dos equipos infantiles. “¡Qué haces, mono hijo de puta!”, ha gritado un padre a un niño negro del equipo rival. El mismo insulto que se escucha en otros campos de fútbol. El árbitro detuvo el encuentro, activó el protocolo contra el racismo, llamó a la policía catalana y una patrulla de los Mossos d’Esquadra detuvo al hombre que ha proferido los insultos. A ver qué le explica ahora a su hijo. 

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