Otra vez andan los partidos jugando al pío pío que yo no he sido como si el acuerdo para elegir a la presidenta del Congreso, en el tercer puesto institucional del país fuera una pachanga de solteros contra casados. Parece que la forma de hacer política de Mariano Rajoy ha calado con un éxito impetuoso y todo el mundo juega al despiste. Como si estuviéramos para jugar al escondite. Pero les va a durar poco. Tarde o temprano tendrán que mostrar sus cartas si es que el presidente en funciones quiere volver a serlo en efectivo. Por lo pronto dicen que ha empezado a hablar catalán en la intimidad. Nada como la necesidad para ser virtuoso. Y además ocurre lo que tenía que ocurrir, que está en marcha la operación de acuerdo entre el centroderecha central y periférico.
