Los médicos y el vino tienen una relación rara. Hay médicos que maldicen el momento en el que alguno de sus compañeros afirmó que un vaso de vino en las comidas es saludable, y les replican que el alcohol es alcohol aunque se visa de seda y es perjudicial para la salud. Pero otros son fervientes defensores del vino tinto y sus efectos benéficos sobre la salud siempre tomado con moderación. Un último informe sobre su influencia benéfica publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, apunta que el vino se asocia con un menor riesgo de disfunción eréctil en los hombres, y esto son palabras mayores. Si hay que beber vino se bebe, y más si es por recomendación médica para mantener el pabellón a la altura de las circunstancias. Viva el vino.
