Opinión

Mirar hacia otro lado

En cuanto se han empezado a conocer algunos detalles de la industria de abortos de Carlos Morín, como el modo de hacer desaparecer a las víctimas triturando sus cadáveres y expulsándolos por los desagües, un escalofrío de espanto ha recorrido el espinazo de esta satisfecha sociedad. ¿Cómo se puede llegar a esto? La respuesta no es difícil: se llega a esto con suma facilidad en cuanto se deja de otorgar a los hijos no nacidos el respeto debido a su dignidad humana, y en cuanto las leyes protegen o desprotegen su derecho a seguir viviendo en función de circunstancias ajenas a la propia víctima.


Al final de la película ’Vencedores o vencidos’, que trata del juicio contra un ex ministro de Hitler en Nüremberg, el condenado dice al juez, refiriéndose a los campos de exterminio: ’Jamás supuse que se fuese a llegar a esto’. A lo que el juez replica: ’Se llegó a esto la primera vez que usted condenó a un hombre sabiendo que era inocente’. Ahora estamos ante un caso idéntico. A esto se llegó la primera vez que se desprotegió al ser humano inocente en el vientre de su madre. A esto se llega cada día, pero muchos prefieren mirar hacia otro lado. Exactamente igual que en la Alemania nazi.

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