Como si fuera el Mr Marshall de Berlanga . Tal cual. Todos contentos, aplaudiendo con rabia y a otra cosa que la fiesta pasó de largo por O Couto. La Copa del Rey sirvió para disfrutar del fútbol profesional durante un fin de semana que a la vez nos recuerda la tristeza de un deporte asentado en la mediocridad. El fútbol ha caído tan bajo que la cuarta categoría nacional sabe a gloria.
Mientras ciudades como Lugo tienen deporte profesional cada fin de semana en Ourense se duda incluso de qué pasará con el único que puede garantizarlo. Los aficionados no fallan nunca, el problema es que los de tienen que coger la sartén por el mango pasan del deporte. Los que siempre apoyan no pegan puñetazos en la mesa para sacarle los colores al resto. Los que siempre apoyaron lideraron el proyecto que hizo desaparecer a CD Ourense, luego dejaron que su líder votase en solitario en contra del ascenso del COB a la ACB y ahora ni se sabe lo que piensan. Los terceros en discordia apoyan a manos llenas el deporte profesional en las ciudades en las que gobiernan y en Ourense buscan el aplauso fácil diciendo que solo quieren deporte de base. Y el que manda en la ciudad se ha dado cuenta y quiere deporte de verdad, pero no se atreve reconocer los errores y ver que ese es el camino, pero solo vale con gente seria y sin atajos. Si tienen alguna duda que pregunten en Carballiño si tener así al Arenteiro genera ilusión en la villa y niños que quieran vestir de verde. Así nos va en la capital. El fin de semana que viene volvemos a la realidad en la city. Adiós Mr Marshall.
