Durante las últimas décadas mucho se ha hablado en el Barcelona del estilo o el ADN, parecía que para contentar a los aficionados culés y a la prensa catalana, además de ganar, había que hacerlo jugando bien. El máximo exponente de esta teoría fue Pep Guardiola, ya que durante los cuatro años que estuvo en el banquillo azulgrana su equipo jugaba muy bien y además no solo ganaba, sino que normalmente goleaba.
Guardiola dejó el Camp Nou hace 11 años y desde entonces el fútbol ha cambiado mucho, aquel juego combinativo ha dejado paso a un estilo mucho más físico y directo, algo que él mismo utiliza en el Manchester City, donde su referencia ofensiva en un delantero de 1,94 metros (Haaland), nada que ver con lo que era Messi en el Barça.
A mitad del curso pasado recaló en el Barcelona Xavi Hernández, el llamado heredero del estilo “tiki taka” de la época de Guardiola. A su llegada a la ciudad condal, Xavi prometió que el equipo azulgrana iba a ganar, pero jugando bien. Poco más de un año después, lo que está claro es que el Barcelona en las competiciones nacionales gana casi siempre, pero otra cosa es lo de jugar bien. En la ida de semifinales de la Copa del Rey ante el Real Madrid, el Barça perdió la posesión (algo impensable hace solo unos meses) y logró la victoria gracias a una férrea defensa. Está claro que ahora el estilo es ganar.
