Siempre, como cada 12 de octubre, me recuerdo de la Guardia Civil, popularmente llamada Benemérita, por ser el mayor cuerpo de seguridad pública de ámbito nacional y porque desde sus principios fue reconocida por sus numerosos servicios de auxilio y ayuda a la población en todo tipo de catástrofes, y de ahí adquirió el título de Benemérita. Y la Guardia Civil siempre al servicio de España en sus 179 años de existencia. Una Guardia Civil siempre moderna, adaptada a los nuevos tiempos, inalterable en su esencia, con valores de firmeza al servicio de todos los españoles. Incluso en la historia reciente de España, tan agitada, se ha mantenido inalterable y disponible en sus convicciones. Una historia, la de la Guardia Civil, que ya forma parte de la historia del país al que sirven, España. Si alguna institución resultó inalterable, resistente al desaliento y con capacidad de adaptación a las necesidades de los tiempos y sus circunstancias, siempre sirviendo al ciudadano, esa es la Guardia Civil.
Siempre también, como cada 12 de octubre, hablamos de la Guardia Civil por ser esta fecha su gran día. Y recuerdo inevitablemente la descripción de J. J. Rousseau en la obra “Contrato social”: “El más fuerte no es nunca bastante fuerte para ser siempre el señor, si no transforma su fuerza en derecho y la obediencia en deber… Y que no se esté obligado a obedecer sino a los poderes legítimos”. De hecho fue creada como la primera policía de proximidad en España y desde entonces, en el año 1844 bajo el reinado de la reina Isabel II, legitima y garantiza la paz y la convivencia, adecuándose al poder establecido. Siempre con esa labor callada y vocación de permanencia a lo largo de la historia, con capacidad de adaptación a las nuevas realidades sociales y políticas, huyendo de respuestas parciales o de conveniencia.
Tal es siempre la adaptación a los nuevos tiempos, que la Guardia Civil hoy puede y sabe hacer frente a cualquier tipo de delincuencia, por muy organizada, grave y sofisticada que sea. Y lo hace bajo criterios de profesionalidad y respeto a la ley. Basta observar como en Ourense, como en cualquier otra provincia, cuando cunde el pánico, porque no se ha atajado la accidentalidad viaria por medio de medidas políticas o la delincuencia cobra su peor cara…, lo primero que reclamamos es vuestra presencia, la de la Guardia Civil. Ya que somos mayoría los que sabemos de vuestros irrenunciables ideales de vigor, constancia, dedicación, que hacen –una vez más- que seáis el Benemérito Cuerpo. ¡Sí!, así sois y lo hacéis en 91 de los 92 ayuntamientos en la provincia de Ourense; desde reguardo fiscal, control de armas y explosivos, a seguridad vial y protección de la naturaleza.
Siempre por lo que a mí respecta, que sirvan estas letras de distinción como reconocimiento de los ourensanos hacia una institución que está permanentemente a nuestro servicio y que se encuentra plenamente integrada en la realidad social ourensana. Un sincero agradecimiento por la nunca admisión de la dejación de responsabilidades y deberes propios; a sabiendas de que en el equilibrio en la autoridad, justicia y ejemplaridad, es donde reside la esencia de un moderno estilo de mando. Siempre fieles, desde los inicios, a vuestro código, la “Cartilla del Guardia Civil”: El Guardia Civil no hace más que cumplir con su deber; y si algo debe esperar de aquel a quien ha favorecido, debe ser sólo un reconocimiento de gratitud.
Es un buen día para felicitaros y daros las gracias, por 179 años a disposición de la ciudadanía e instituciones de Ourense. Siempre: “Vigor, firmeza y constancia; valor, lealtad y arrogancia, ideales tuyos son”, Guardia Civil.
