Opinión

Las tic en el sector gerontológico

Me incita a escribir estas líneas leer el titular de La Región: “El precio de una plaza geriátrica en la provincia duplica la pensión media”. Pues bien, recientemente la Diputación de Ourense fue invitada a participar en el IV Congreso Nacional de Dependencia, celebrado en Ifema, Madrid, bajo el título “Imaginando el futuro para crear el presente del sector gerontológico”. El objetivo es reflexionar sobre el impacto y las oportunidades de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) en el sector gerontológico. Un interesante e importante encuentro, en el que expusimos el eficiente trabajo que realiza la Diputación de Ourense desde el Área de Benestar e Reto Demográfico; acompañados en la mesa por Ceoma (representación de mayores), el CSG (como entidad sectorial), Domusvi (representación de empresas) y Asispa (representación del tercer sector). Ha sido muy valorada nuestra presencia, pues si la población española es la segunda que más envejece a nivel mundial, la edad media de los gallegos y ourensanos le superan. Ante esta situación, con la presencia de las TIC e internet, es necesario dar respuesta a este colectivo. Las instituciones y educadores disponen de una herramienta que permite aprovechar sus potencialidades.

Soy de los que afirmo que las formas de socialización han cambiado debido en gran parte a las TIC. Y la Diputación de Ourense ha llevado a este congreso los programas que tiene a disposición de los ayuntamientos, apoyados por las potencialidades que le aportan las TIC. Y lo primero a aclarar es que la Diputación no tiene competencias en el ámbito de la dependencia y, sin embargo, se nos invita a un ¡Congreso Nacional de Dependencia! Pues sí, fuimos porque tenemos competencia en la asistencia a los ayuntamientos de menos de veinte mil habitantes -son 91 de 92-, además de responsabilidad y compromiso con las personas que en ellos residen, especialmente las más mayores. Por lo tanto, nuestra competencia en el ámbito de la dependencia debe traducirse en la mejora de la calidad de vida de los mayores que retrase o evite la dependencia. Para ello desarrollamos múltiples acciones, como el servicio de Teleasistencia, el programa de Termalismo Social o de envejecimiento activo y, el más reciente, el Termalismo contra la Soledad no Deseada, además de cofinanciar el Servicio de Ayuda Domiciliaria Básica de todos los ayuntamientos, aplicando la tecnología desde dos ámbitos diferentes: 1) Cómo utilizamos la tecnología en la relación entre la Administración y el ciudadano. 2) Cómo utilizamos la tecnología para prestar servicios públicos al ciudadano. 

En el primer apartado, el ciudadano ya no se dirige a la Administración, se dirige a la administración electrónica; más ágil, sin papeles, sin desplazamientos y abierta las 24 horas. En el segundo ámbito, la incorporación de la tecnología en la propia prestación del servicio, como ejemplo tenemos la Teleasistencia domiciliaria; un servicio fundamental y muy bien valorado, en el que la tecnología es clave. Incluso para que los hogares sean más seguros: sabiendo si la persona lleva demasiados días sin abrir la nevera o el riesgo de escape de gas y otras cuestiones. Además, la tecnología nos ha permitido convertir un recurso endógeno -balnearios y aguas termales- en una vía para luchar para un envejecimiento activo y retrasar la dependencia.

Este año hemos puesto en marcha una nueva modalidad: el Termalismo contra la Soledad no Deseada, un fenómeno considerado por la OMS como problema de salud pública. Para los próximos años fijaremos como objetivo prioritario la mejora de las condiciones y la calidad de vida de nuestros mayores, que opten por residir en sus hogares. Y, desde nuestras capacidades y recursos, queremos dar contenido a la normativa sobre teleasistencia avanzada del Consejo Territorial de la Dependencia. Muy interesante la interconexión de los ciudadanos con los servicios sociales y sanitarios a través de esta Teleasistencia avanzada. Gustó en el Congreso el uso de las tecnologías, por parte de la Diputación, en los distintos programas para mayores no dependientes.

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