Opinión

Trump prosigue su escalada

El contendiente para la nominación por parte del Partido Republicano, Donald Trump, presenta en sus intervenciones y en los ataques al resto de precandidatos una versión de lo más rancia de la doctrina Monroe. Si el “América para los americanos”, fue en un primer momento un acicate para las revoluciones independentistas en las colonias españolas, en su boca resulta un ejemplo de ejercicio de racismo y xenofobia y sobre todo un desconocimiento de la realidad social de Estados Unidos, aunque este tipo de ataques a las minorías y a los inmigrantes siempre tiene eco en una parte de la población ‘wasp’.

A sus continuos ataques a la política de inmigración del gobierno de Barack Obama ha añadido ahora una andanada hacia Jeb Bush, el exgobernador de Florida hijo y hermano de otros dos presidentes estadounidenses, por utilizar el español en sus intervenciones o cuando es preguntado en esta lengua por los periodistas.

Jeb Bush trata de alcanzar primero la nominación y luego la presidencia del país con el máximo apoyo latino, que tan decisivo fue para que el actual presidente consiguiera llegar a la Casa Blanca, mientras que la minoría más numerosa en Estados Unidos da la espalda al multimillonario Donald Trump, sin cuyo concurso resulta muy difícil alcanzar cualquier objetivo político.

En un país de aluvión como Estados Unidos, los intentos de poner puertas al campo en el uso de tradiciones o lenguas por parte de las minorías está condenado al fracaso, y más como en el caso del español que ha alcanzado una pujanza extraordinaria y se ha convertido en la lengua vehicular más importante tras el inglés en la relaciones sociales y económicas del país.

Jeb Bush, casado con una mujer mexicana, Columba Garnica, considera que su concepción de la diversidad estadounidense es un valor a preservar y no a laminar, pero a Donald Trump las quejas o las admoniciones de su contrincante le traen sin cuidado: nada le va a apartar de protagonizar una de las campañas para la nominación republicana más sucia que se conoce y en la que no se está ahorrando en insultos y golpes bajos o directamente mentiras que hacen que el resto de precandidatos le acusen de mentiroso o “payaso”.

Al menos los últimos días se ha producido una noticia tranquilizadora: Trump no competirá por la presidencia de EE UU como independiente si no consigue la candidatura republicana. Algo es algo.

Te puede interesar