Opinión

Mapa de días

La vida es una sucesión de fechas. Las vamos marcando en el calendario con mimo, con ganas, con miedo, con nervios o con esperanza. Después serán la memoria y la emoción las encargadas de decidir si esos días se quedan para siempre con nosotros o si, por el contrario, se van diluyendo en una ilegible mancha de bolígrafo, aunque permanezcan las secuelas del momento vivido. 

Cada persona tiene sus días señalados: un primer beso, el último, un cumpleaños, un logro o un adiós. Todos ellos dibujan en la piel un mapa único y personal, aunque algunos territorios se compartan.

Ahí están también los días mundiales, que serán más o menos importantes según las propias experiencias, o más o menos simpáticos, según el humor de cada uno. ¿Sabía, por ejemplo, que el 6 de junio es el Día mundial de los pacientes trasplantados y que sólo un día después es el del pato Donald? Desde hace quince años yo comparto una fecha triste que nos volvió el mundo del revés: 18 de junio, y descubro esta semana que para el mundo es el “ Día internacional para contrarrestar el discurso del odio”. No es mala coincidencia.  

Pero es el 23 de julio el que ahora nos trae de cabeza a todos. Pensamos en vacaciones, en sol y playa y cruzamos los dedos para que no nos toque mesa electoral, porque no hemos reservado con la antelación suficiente para librarnos.

Conecto los dos días, dos domingos. Contrarrestar el discurso del odio es cada vez más una cuestión de supervivencia. No deberíamos permitir que vaya calando. Aprendamos a escuchar, sin estar pendientes de nuestra respuesta, y abramos la mente para entender. En un momento habrá que elegir entre lo importante y lo prescindible y sería bueno haber entendido ya la diferencia y haber aprendido cómo limpiar los discos duros, mandando a la papelera  mensajes retorcidos y  mentiras que parecen reales. 

Por eso es también tan importante entender que el 23 de julio, aunque acabe difuminado en el calendario, marcará nuestros próximos años y trazará las líneas que tejerán un futuro próximo. Es cierto que será un día de calor y sólo estaremos deseando darnos un chapuzón y beber una caña, al menos los afortunados que tengamos esa opción, tampoco olvidemos que no somos todos. Así que no caben excusas para encontrar un hueco y acercarnos al colegio, si no hemos votado por correo. Y ya lo hemos hecho antes.

Ese 23 pensaré en el 18 y en todo lo que es y ha sido tan importante. Y en lo que deberá seguir siendo.

Por cierto, el 23 de julio es el “ Día de Batman”. ¿Qué hacemos con el Joker? ¿Viviremos en Gotham? Si es que hasta los cómics nos obligan a pensar.

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