Opinión

Bic naranja, bic cristal

Ante la magnitud de los efectos económicos provocados por la crisis sanitaria covid-19, la Unión Europea ha aprobado el plan Next Generation EU, un macro rescate económico dotado de 750.000 millones de euros, de los que 140.000 millones, recaerán en España (72.700 a fondo perdido)

Afortunadamente, el fondo no está concebido para fomentar la incontinencia de gasto de los gobiernos ni para aumentar el déficit ni la deuda. Se trata de una inyección financiera que debiera dirigirse a la modernización de las economías para hacerlas más competitivas, a la digitalización de las empresas y a la transformación de nuestro sistema energético. La gobernanza del proceso ha de ser ágil, dinámica, pero impecable. Los proyectos han de estar bien armados y los procedimientos resultar prácticos y transparentes. Y sobre todo, lejos, muy lejos de ningún criterio político. Porque ya los conocemos, los gobiernos harán lo imposible para financiar los proyectos que políticamente les convengan, en lugar de los que supongan una verdadera oportunidad para transformar la economía. En todo caso, expongo a continuación dos actitudes políticas, dos formas de intervención política con respecto a la gestión de este nuevo Plan Marshall europeo.

Por un lado, la del ya ex vicepresidente del gobierno Pablo Iglesias. Por su insistencia, el Real Decreto-ley 36/2020, de 30 de diciembre por el que se aprueba la ejecución, introduce un artículo, el 69, que fue añadido a última hora y que faculta al gobierno español para que empresas públicas y empresas mixtas puedan recibir contratos a dedo financiados con las ayudas extraordinarias. Todo una muestra de una filosofía política intervencionista politizada.

Por otro, la de quien ha decidido ganar las elecciones en la Comunidad de Madrid. El pasado sábado 13 de marzo ha entrado en vigor el decreto por el que se aprueban la dotación de 7.000 millones en ayudas directas para pymes y autónomos de alrededor de cien actividades económicas pero que ha dejado la margen a peluquerías, centros de estética, tiendas de souvenirs, autoescuelas, talleres, academias, ferreterías, tiendas de muebles, de iluminación, establecimientos de electrodomésticos o librerías. Isabel Ayuso ha anunciado que no puede, ni va a dejar en la estacada, a 78.000 empresas madrileñas que dan empleo a 250.000 personas. La presidenta no suplirá la exclusión de estos establecimientos con fondos europeos, sino con fondos propios, de las carcas de la propia Comunidad de Madrid, en todo un ejercicio práctico de fomento de la igualdad de oportunidades ante la administración.

Dos actitudes a elegir.

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