Opinión

El maldito gallego

Como sabemos todos, vaya a donde vaya uno bien sea en nuestro planeta o en el espacio exterior allí siempre hay un gallego que llegó antes. ¡Vaya!

El caso de Cristóbal Colón que era de Betanzos o bien de Soutomaior, esto aun está por aclarar, es bien conocido pero no tanto el de Moctezuma el emperador de los mexicas, que en realidad se llamaba Susiño da Costa y era natural de Rouzós de Abaixo lo que constituyó en su momento, la toma de Tenochtitlán, una sorpresa del tamaño de una nao mediana para Hernán Cortés que era extremeño y no estaba acostumbrado a esas cosas. 

Otro gallego famoso fue el que se encontró el ingeniero y astronauta americano Neil Armstrong cuando pisó la luna en 1969. Este es muy conocido. Era un zoqueiro de Lugo, Manolo Ferreiro, que siendo muy joven se había ido allí años antes a buscarse la vida. El americano y el gallego tuvieron algún pequeño enfrentamiento al principio acerca de la huella que habría de quedar en la superficie lunar, pero al final se hicieron amigos y Manolo aceptó de buen grado que fuera la suela de la bota de Neil la que quedara grabada en fotos e imágenes para la historia de la humanidad en el suelo de nuestro satélite, en lugar de la de una de sus zocas de tres patas. Total... por no discutir.

Un queridísimo y admirado fotógrafo amigo, uno de los mejores fotógrafos que conozco, Delmi Álvarez, vigués con el que compartí trabajos y juergas en los ochenta y cuya obra sigo admirando hoy, hizo durante años un trabajo fascinante en el que recorrió nuestro planeta y se dedicó a fotografiar y entrevistar a gallegos y gallegas perdidos en los lugares más ignotos del mundo desde Groenlandia hasta La Antártida. Con eso hizo libros, catálogos y una exposición maravillosa, ¿cómo no? itinerante, que se llama “Galegos na Diáspora”. Búsquenla y véanla con calma. Merece la pena.

Supongo que todo el mundo se ha dado cuenta. Ese chaval americano de veintiún años, racista, antisemita, homófobo, desquiciado, seguro que es de la Asociación Nacional del Rifle desde que nació, radical, que filtró todos esos documentos del Pentágono el otro día se llama Jack Teixeira. ¿No les dice nada a ustedes su apellido? A mí sí. ¡Siempre hay un gallego en todas partes! 

Yo cuando vuelvo a ver “El Padrino” de Coppola echo de menos el gallego que seguro que había allí entre la mafia siciliana. Si veo “Uno de los nuestros” me suena raro que no haya un gallego entre los irlandeses, aunque quizá fuera Ray Liotta no sé, tendría que volver a ver la peli con más calma. Y cuando veo “Infiltrados” tampoco entiendo porqué Leo DiCaprio no es natural de Pontedeume, a fin de cuentas Martin Sheen es medio gallego ¿no?

El cine es maravilloso pero la realidad... ¡uau!, la realidad es de cine.

Siempre hay un maldito gallego por ahí. Fíjense bien.

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