Opinión

O Pombal

Yo solo estudié un año en Santiago, en la escuela de Artes y Oficios Maestro Mateo. 

En realidad estudiaba Sociología en la Complutense de Madrid, pero planté la carrera y me fui a Santiago. Tuve la absurda idea de querer convertirme en canteiro, así que hice algo que supongo será imposible hoy en día, convalidé todo lo convalidable, me examiné por libre de las asignaturas que no podía convalidar: historia del arte, dibujo y modelado en arcilla, las aprobé todas y entré directamente en cuarto, y ahí elegí la especialidad que quería, talla en piedra. Bueno, perdón, a los canteiros les molesta mucho que se diga talla, la talla es en madera y la de piedra es “labra”. Solo estuve un año allí. Después me volví a ir.

El caso es que casi todos mis amigos vivían en Santiago entonces y hoy por casualidades del destino y otras razones posteriores, tengo una queridísima pandilla de amigos y amigas de Santiago no ourensanos, así que voy allí a menudo. O vienen ellos a mi casa de Vigo. Ahora mismo casi tengo más querencia, digámoslo así, por Santiago que por Ourense.

El otro día una persona a través del Facebook me hizo recordar la famosa y bonita canción de Luis Emilio Batallán “Quen poidera namorala”, un poema de don Álvaro Cunqueiro.

En aquellos setenta, antes de que yo me fuera a Santiago desde Madrid, mis amigos de Ourense vivieron en un piso de estudiantes en el Pombal en el que yo estuve un par de veces de visita. Fines de semana y esas cosas. De juerga.

Con la letra de la canción de Luis Emilio Batallán, al escucharla otra vez después de tantos años me di cuenta de algo curioso en lo que no había reparado nunca. Supongo que la mayoría de ustedes se saben el poema: “No niño novo do vento hai una pomba dourada/ quen poidera namorala/ quen poidera namorala, meu amigo.”

“O Pombal” en gallego significa en castellano “El Palomar”. Y en aquellos años O Pombal era el barrio de las putas de Santiago. ¿Qué significaba eso? ¿Las putas son palomas? El lenguaje siempre es misterioso, mágico, y encierra muchas más cosas de las que pensamos. Muchas preciosas.

Si no recuerdan ustedes el poema se lo recordaré yo. Dice así: “No niño novo do vento hai una pomba dourada, quen poidera namorala/ canta o luar e o mencer en frauta de verde olivo, quen poidera namorala/ ten aires de fror recente, cousas de recén casada/ tamén ten sombra de sombra e andar primeiro de río/ quen poidera namorala, meu amigo.”

Bien, perdonen la ligereza de esta columna. Solo es un homenaje a mi maestro don Álvaro Cunqueiro, aunque por desgracia para mí, él nunca me dio clase en persona. No tuve esa suerte. Quen poidera namorala.

“Andar primeiro de río”. ¡Uau, vaya hallazgo literario en solo cuatro palabras! Yo daría la vida por haber escrito una frase así.

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