Opinión

¡Rojo, ateo, espiritrompa!

El título de este artículo son las últimas palabras que Moncho, el niño de la película “La lengua de las mariposas” le grita a don Gregorio el maestro cuando a este se lo llevan al paredón, mientras corre tras el camión donde va don Gregorio y le lanza una pedrada antes de quedarse su cara en foto fija, en blanco y negro como un poema mal rimado. No sé si don Gregorio (Fernando Fernán Gómez) era un maestro, pero el que sí lo era, era José Luis Cuerda.

A mi la actitud del PP de los últimos tiempos me recuerda a ese niño. Solo que en lugar de decir “rojo, ateo, espiritrompa” lo que dice ese partido es siempre “comunista, bolivariano, Sánchez traidor”. Todo un ejercicio de crítica política que podría estar fundamentado si no fuera porque el gobierno que tenemos, le guste o no al PP, es el que elegimos los españoles. Y ni es comunista, ni bolivariano, ni Sánchez es traidor a nada. Parece que siguen sin aceptar que no ganaron las elecciones. Ahora sostienen que Sánchez aprovecha la guerra de Ucrania para subir el precio de la luz. Im-presionante.

Suena todo a rabieta infantil. A rabieta malhumorada. Yo creía que la oposición estaba para hacer oposición. Para criticar al gobierno cuando es preciso, pero también para apoyarlo en cosas que son beneficiosas para los ciudadanos. Pero para el PP nada que salga de Moncloa, nada que salga de Pedro Sánchez es bueno. Todo es malo.

Aparte de explicarle al PP qué es una espiritrompa, alguien debería explicarle también que si tú dices constantemente que todo es malo (o bueno, eso da igual) la gente acaba dándose cuenta de que no tienes criterio. Es como cuando invitas a alguien a comer a casa y le preguntas si le gusta algo, por ejemplo “¿te gusta el rape?”, y el tipo contesta “a mi me gusta todo”. Pues bien, eso significa que esa persona carece de gusto.

En casa de mi abuelo, aparte de vacas y gallinas tenían cerdos en una porqueriza. Los alimentaban echándoles de todo por un comedero hecho de cemento al que a los niños nos tenían prohibido acercarnos, por si un cerdo sacaba el hocico por allí y nos comía una mano. Como sabrán ustedes si un cerdo te muerde una mano la mastica y se la come, no como un perro que solo muerde para hacer daño. 

Pues a los cerdos se les echaba toda clase de cosas por allí, restos de comida, maiz, calabaza troceada... A ellos les daba igual y comían lo que fuera. O sea que carecían de gusto.

Si tú dices siempre que todo está mal, todo está mal, todo está mal, es que careces de criterio. Porque que todo esté mal o que todo esté bien no es posible, eso te lo dice el sentido común.

A ver si Núñez Feijóo, que es gallego, aprendió algo de la lección sobre la espiritrompa. Veremos.

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