Opinión

Solo no es no

Estos son los ministros y ministras del gobierno de España de los que la derecha ha pedido alguna vez o pide, o quizás exige todos los días sin mucho éxito, su dimisión inmediata. Y si no, consulten la hemeroteca que yo no me invento nada. Vamos a ver la lista por curiosidad. Allá va. 

Irene Montero (ministra de Igualdad), Alberto Garzón (ministro de Consumo), Fernando Grande Marlaska (ministro de Interior), Yolanda Díaz (ministra de Trabajo), Nadia Calviño (ministra de Economía), Pilar Llop (ministra de Justicia), Margarita Robles (ministra de Defensa), Pilar Alegría (ministra de Educación), Raquel Sánchez (ministra de Transportes), Félix Bolaños (ministro de Presidencia), Miguel Iceta (ministro de Cultura), Ione Belarra (ministra de Derechos Sociales)...

Por supuesto de toda esta larga lista de ministros/as como pueden ver ustedes solo se escabullen silenciosamente los de Universidades, Inclusión, Ciencia y algunos más que inteligentemente pasan desapercibidos y no suelen hacerse notar, quizá por precaución.

Además el PP, Vox, Cs y algún otro partido menor por ahí también piden con insistencia la dimisión inmediata del presidente Pedro Sánchez.

Esto es fantástico. Yo nunca había visto a una oposición en ningún sitio pidiendo la dimisión de todos los ministros del gobierno uno por uno. Digo más: si se pide la dimisión del propio presidente ¿a qué pedir las de los ministros? Si consigo que dimita el presidente los demás estarán dimitidos también de forma automática ¿o no?

Pues parece ser que no. O quizás es que yo no lo he entendido bien o soy muy corto.

A mi juicio la estrategia de la derecha últimamente consiste en disparar a todo de forma arbitraria. Sin ton ni son. Como ese tipo que en una tómbola de pueblo, en ese típico juego de intentar derribar unos monigotes lanzándole unas pelotas de trapo, decide dispararles a todos a la vez, o indistintamente, o no se sabe. Un error clásico como el de perseguir codornices pretendiendo pillarlas todas. Al final no cazas ninguna porque las muy malditas se dispersan en distintas direcciones. ¡Céntrate, hombre!

Sé que mis lectores de derechas (los hay) no me leerán con mucha simpatía, pero deberían hacerlo y prestar atención a lo que digo: no se puede acertar a diez dianas a la vez.    

Las encendidas soflamas que ciertos representantes del pueblo pronuncian cada vez más en nuestro Congreso de los Diputados contra uno o contra todos los ministros de turno, resultan cada vez más inanes. Si todo es malo, todo es malo, todo es malo, es que... nada es malo. ¿No se dan cuenta de eso?

Quizá en esos másters que estudiaron ellos (!) no les enseñaron algo tan elemental en el mundo de la comunicación como que una excesiva repetición excesiva del mismo mensaje destruye su credibilidad.

Puede que no entendieran bien a Marshall McLuhan en su momento. Yo les recomendaría que volvieran a leer uno de sus libros famosos. Pero no “El medio es el mensaje”, sino “La cultura es nuestro negocio”.

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