Opinión

El campo, despensa alimentaria barata

Por quinto año consecutivo, el llamado Indice de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), sobre la evolución de los precios de los alimentos, se mantiene en una línea a la baja y muy lejos de las cifras de 2011 cuando algunos productos como los cereales llegaron a cotas máximas. Desde aquella fecha hasta la actualidad, con muy ligeras oscilaciones, las cotizaciones de los principales productos agrarios para la alimentación humana han registrado descensos en todo el mundo. Dada la globalización de todos los mercados con las fronteras abiertas, esas rebajas señaladas por FAO reflejan igualmente en los precios percibidos en los dos últimos años por los agricultores y ganaderos.

Con estos datos en la mano, que coinciden con los elaborados por el propio Ministerio de Agricultura, el sector agrario mundial ha sido un año más una despensa barata para los consumidores consecuencia de unas buenas producciones, sin olvidar el papel clave que juega en ese proceso en peso de los grandes grupos de la distribución enfrascados en una batalla para ver quién ofrece los precios más bajos comprando barato en origen. Durante los últimos cinco años, según los datos manejados por FAO, los precios medios de los productos alimentarios más importantes se han reducido en todo el mundo. España no ha sido ajena a este comportamiento de las cotizaciones donde además, por razones añadidas, llenar la cesta de la compra, según los datos manejados, en este caso en las estadísticas comunitarias, cuesta menos de la media de toda la Unión Europea; es más barata que los países del entorno con un nivel similar como Francia o Italia; se halla ligeramente por encima de Portugal y más cara que los países del este.

A escala mundial, los datos elaborado por FAO sobre la evolución de los precios y los mercados, se hacen en función del comportamiento de cinco grandes grupos de productos, los cereales, los aceites vegetales, los productos lácteos, las carnes y el azúcar. El Indice base 100 o de referencia para estimar las oscilaciones, se calculó en función de los precios medios de los alimentos registrados entre los años 2002 y 2004. De acuerdo con esos criterios, esos precios medios de los alimentos en el mundo registraron una escalada en los últimos diez años hasta situarse en su cota más alta en 2011 con el índice 229,9. A partir de ese fecha han ido bajando hasta el Indice medio de 161,6 fijado en 2016 , a pesar del ligero repunte registrado en el segundo semestre del pasado año en productos como lácteos y aceites vegetales.

En los mercados de los cereales en 2016 se puede hablar prácticamente de una nueva rebaja en las cotizaciones siguiendo la línea iniciada en los años precedentes, con muy ligeras oscilaciones a la baja o al alza. El año se inició con un Indice de los precios colocado en 149,1 que llegó a 156,9 en los meses de verano, para volver a caer a 142,1 en diciembre con una media anual de 146,9 frente a un Indice de 162,4 en 2015. Las buenas cosechas en todo el mundo fueron las principales protagonistas de los mercados y apuntaban a una situación de estabilidad en los mercados. Pero una mejora en las previsiones de las cosechas, a pesar de un incremento de la demanda y del comercio mundial y, en la actualidad, un aumento de las existencias de 662 a 670 millones de toneladas afectó negativamente a la recuperación de las cotizaciones y mantiene los mercados en la misma situación de cara a la próxima campaña. Cabe recordar que frente al actual Indice FAO de los precios de los cereales de 146,9, en los años de altas cotizaciones como en el año 2011, esa cifra llego a situarse en 241.

En el sector lácteo, los precios mundiales comenzaron el año bajo mínimos con el Indice situado en solo 145,1 frente a un Indice de 242 en 2013.Durante el pasado año, los precios siguieron bajando prácticamente hasta el segundo semestre, para iniciar una progresiva recuperación de klos mismos en el cuarto trimestre hasta situarse el Indice en diciembre en 192,6. Sin embargo, la media anual de los precios en relación con el año anterior ha sido negativa al bajar ese Indice de 160,3 a 153,8. El sector español de la leche vaca ha sido un fiel reflejo de ese comportamiento de los mercados, si bien las últimas subidas de los mercados exteriores no se están reflejando en su totalidad en los precios pagados a los ganaderos ante el poder dominante de algunas industrias multinacionales y por las presiones en otros casos de algunos grupos de la distribución para seguir teniendo la leche barata.

Ha sido un año de la progresiva recuperación de los precios para el azúcar que inició 2016 con el Indice 199,4 para finalizar en 262, tras haber dispuesto a lo largo de los doce meses de precios muy superiores, para cerrar con un Indice medio de 256 frente al Indice medio en 2015 de 190,7.El Indice record en el azúcar se remonta igualmente al 2011 con la cifra de 368.

Las carnes en su conjunto tampoco han tenido su año y los precios siguieron la cuesta abajo. El promedio para todo el año se situó en el Indice de 156,6, lo que supone una reducción en un 7% frente al de 2015 que fue de 168,1. El sector de las carnes soporta bajadas de precios desde hace dos años cuando se llegó a su cota máxima, en este caso en 2014, con el Indice de 198,3.Las caídas más importantes de los precios a escala mundial la registraron las carnes de vacuno y ovino, y más reducidas, pero a la postre caídas, las del porcino y las aves de corral. En España el porcino tuvo al final una situación de equilibrio tras un primer semestre de pérdidas y una segunda parte del año con una recuperación de las cotizaciones. Como una excepción, mejoraron los precios medios del ovino, históricamente a la baja.

Finalmente, en los aceites vegetales, los precios han tenido un comportamiento alcista a lo largo de todo el año donde, según los datos manejados por FAO, enero comenzó con el Indice 139,1 para acabar en diciembre con el Indice 183, aunque lejos de los niveles de los años de la crisis , 2011 y 2012.En 2016, la subida de los precios fue consecuencia de los incrementos registrados en producciones claves como el de palma por la reducción de las cosechas y, en el caso de la soja, por los interrogantes sobre las producciones argentinas y la mayor demanda para biodiésel. El aceite de oliva no supone más allá de un 3% sobre la producción mundial de aceites vegetales y su mercado no guarda relación con los demás aceites, pero, en el caso de España, como líder y referencia en el sector, los precios se mantuvieron en unos buenos niveles.

En conjunto, computando todos los productos, precios mundiales a la baja de los productos alimentarios en origen con las excepciones del azúcar y de los aceites vegetales.

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