Opinión

Ana Pérez y Gonzalo Sellés, "Trazando el tiempo, midiendo el gesto"

Pérez Ventura posa ante sus obras.
photo_camera Pérez Ventura posa ante sus obras.

Trazando el tiempo, midiendo el gesto, titulan respectivamente, desde su concepción técnica y profesional, al alimón, Ana Pérez Ventura (n. Santiago de Compostela,1981) y Gonzalo Sellés Lenard (n. Ferrol, 1965) su exposición del CCMV. Recientemente, en 2022, ambos habían expuesto el concepto que los ha reunido en Ourense en las salas del Museo do Mar de Galicia, Vigo, para Sincronía tiempo y gesto, inicio de su propuesta que mostró los ritmos confluyentes que les han aproximado, y que ahora repiten aquí, en la sala del mencionado multiusos de la Deputación, en un 2.0, con sus pausadas, pautadas y minuciosas obras.

Desde una aparente monotonía y planitud un decir de armonía coral, desde el color en la compostelana, y la bicromía en b/n del artista afincado en Vigo, quien añade a veces, fondos rojos. Son obras híbridas, signo de los tiempos. Antes de caminar juntas sus obras tuvieron un camino separado que en Sellés pasó por Caminha, Portugal, la galería Soho de Vigo y el edificio administrativo de la Xunta en Pontevedra, desde 2015. Pérez, a su vez exhibe Études desde 2010 en el Colegio de España, de París, ciudad en la que vive, o la Galería Metro, Santiago.

El tiempo como espacio o espacio y repetición, asimismo en la capital francesa, asientan su quehacer. Mas lo que parece un encasillamiento en su biografía deviene, con el paso de los años, pese al serialismo, en finura y sutileza. Todo ello tiene que ver con la música, su profesión. Licenciada en BB.AA. en 2004 en la UVigo, tiene titulación de pianista por el conservatorio de Vigo, estudios ampliados en Amsterdam, Barcelona y Madrid, con un máster de música y artes plásticas en la Sorbona. He aquí el mosquetón que abrocha ambas orientaciones vitales.

Hace recitales, señalando la crítica que gusta de interpretar obras de Mompou y compositores coloristas. Para su expresividad pictórica, en formatos cuadrados o rectangulares, prepara una base de color monocroma en el lienzo o tabla aplicando con obsesivo empeño líneas y más líneas de acrílico con rotulador, curvas-muelle que parecen flotar sobre la superficie, que cubre con simétricos giros. A veces cambia el color blanco por otros, para tramas envolventes. Utiliza además la forma tondo, inspiración formal del Kandinsky de Sonidos jocosos,1929, autor que trató ya entonces la trasposición de las notas a la pintura.

El artista Gonzalo Sellés es, por su parte, gestor cultural y comisario de exposiciones. Licenciado en BB.AA. en la UVigo, se tituló en Conservación y Restauración de Bienes Culturas en pintura. Para aquí ignora sus obras figurativas, y trae las de una larga serie que denomina Fuzzy, difusa/o, o también borroso, confuso... de formas vegetales, pequeñas hojas como la de esa flora costera de algas filamentosas que se mueven cadenciosamente con el movimiento de las mareas; mas otras son arbóreas, y en una de 2012 quisiera ver un sutil vilano, salvo por su estructura de erizo. Todas en acrílico sobre lienzo y tabla. Mas es en las formas circulares blanco sobre fondo negro o rojo, obras anteriores a las que une otra reciente, en rojo sobre negro, colocadas juntas en sala, en las que hallamos una aproximación a la muestra, comisariada por Fátima Otero, para quien aportan una sensación sonora a la sala.

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