Opinión

El arte, ¿piel o pantalla?

Agotados de la matraca política, la inauguración en el Kiosco Alfonso de A Coruña de una exposición del escultor Francisco Leiro fue un planazo para tomar aire. Sus obras talladas en madera son un hachazo para los sentidos. Quizá por eso la muestra que nos presenta un Leiro "sorprendente", según la comisaria Rosario Sarmiento, se titule "Esculturas sentidas". 

Al estreno de la exposición del artista gallego en vida con más pegada internacional acudió gente que representaba a todos los palos de la sociedad: artistas, financieros, empresarios, algún político en retirada y otros reclamando paso, directores de cine, músicos, arquitectos, periodistas... "Unha marea de xente", bromeó Antón Reixa. Entre los informadores estaba el siempre observador José Luis Gómez, que examinó a los asistentes con cierta preocupación antes de comentar sus desvelos: "Yo acudo a presentaciones de libros, exposiciones de arte, conciertos de jazz... Sólo me encuentro a gente ya algo mayor. Antes, en los eventos culturales éramos todos jóvenes, pero ahora la media edad supera ampliamente los cincuenta años. Ahí tienes un buen artículo generacional y, por cierto, como decía Dmingo García-Sabell, me puedes citar", añadió con retranca. 

Es cierto que la media de edad en esta clase de acontecimientos se dispara, aunque no quiere decir que a los mozos no les interese la cultura, sino que la consumen de otra manera. Internet tiene gran parte de culpa. Un rapaz con un teléfono inteligente tiene el mundo y el arte al alcance de la mano, aunque la piel nunca podrá ser sustituida por una pantalla.

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