Abandonas Galicia y en los paneles luminosos de tráfico te encuentras con un aviso que en un principio se confunde con una soflama política. "Normalmente circule por el carril derecho", dice el jodido. Tenemos al Gobierno central en la batidora y las elecciones gallegas a la vuelta del calendario, pero cuando pasan los kilómetros te das cuenta de que hay cretinos que pueden desplazarse desde Ourense hasta Granada creyendo que el carril izquierdo les pertenece.
En la radio comentan que Rajoy y Rivera están a un tris de encamarse, políticamente, por el lado derecho, aunque por el momento pretextan que no es lo que parece, y que a Pedro Sánchez no le va a quedar más remedio que en esta ocasión "conducir por la derecha" y facilitar el Gobierno del PP. Nada nuevo bajo el sol de Castilla.
En otra cadena avisan de que en unas horas se va a publicar una encuesta del CIS cocina- da días después del 26-J y no se entiende el suspense porque lo único seguro es que falla más que Sergio Ramos desde los on-ce metros. ¿No decían también que Podemos pasaba al PSOE sin necesidad de poner intermitente? Pues ahora auguran que el PP ganaría otra vez, pero que ya tiene votantes arrepentidos, como le sucede a Podemos y a Ciudadanos. A Sánchez le pronostican una ligera mejoría aunque los síntomas de su partido son preocupantes y lo que más fastidia es que en todas las frecuencias hablan de lo mismo y por una vez no se puede sintonizar Radio María. Esto sí es un milagro.
También dicen que Beiras entrega la cuchara y avala al magistrado Luis Villares como candidato de En Marea, que Podemos no sabe si seguir por el mismo carril y propone dos tazas y Feijóo le hace una carantoña dialéctica a Leiceaga por la derecha. Circulen.
