Opinión

El "deslizamiento" permanente de Galicia

Se reunió el presidente de la Xunta con el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, y la fecha de la llegada del AVE a Galicia quedó otra vez señalada en el calendario. "Se ha producido un deslizamiento temporal". Alberto Núñez Feijóo tiró de un eufemismo para justificar que será a finales de 2019, aunque si sacan billete para 2022 se evitarán decepciones como sucedió con los años 2010, 2012, 2015 o  2018. El deslizamiento de las inversiones en esta tierra de aristas es permanente. Las vías del tren se inauguraron con 25 años de retraso respecto a las primeras del Estado en 1848; el AVE llegará, si esta vez se dan por buenas las palabras del ministro y del presidente gallego, 28 años más tarde que a Sevilla. Y olé si se cumple la fecha. 

Los partidos de la oposición en O Hórreo le reprochan a Feijóo su escaso peso en las decisiones que toma el Gobierno amigo de Mariano Rajoy cuando con José Luis Rodríguez Zapatero en La Moncloa y José Blanco en Fomento atizaba sin descanso ni comprensión por el retraso de la alta velocidad. Pero las críticas se deslizan en la gabardina del presidente como una gota de agua veraniega. "Intento hacer deporte y me gustaría tener algo menos de peso", respondió ayer cuando fue interpelado sobre este tema durante la rueda de prensa tras la reunión del Consello de la Xunta. Es que no sólo cuenta con mayoría absoluta por tercera vez consecutiva, sino que contempla al resto de formaciones políticas y percibe al PSdeG sin mando, a En Marea cuestionando al que podría mandar y al BNG con una portavoz sólida pero a la que le falta tropa a la que mandar.  

Da igual, porque nos hemos acostumbrado  a vivir en el engaño. Y a tragar con el deslizamiento permanente. Carme Varela, una mujer con mirada crítica en un país de ciegos en el que manda un tuerto, envió ayer un texto demoledor del libro 'Los gallegos y Buenos Aires' escrito por Antonio Pérez Prado en el que se recoge una conversación entre un periodista de la tierra con José María de Arienza en 1972 que sigue vigente: "Aquí, en Galicia, a falta de industrias pesadas e instalaciones portuarias, que no vienen, ya no nos queda sino dos fábricas en qué pensar: ataúdes para los viejos y maletas para los jóvenes". De puertos exteriores inútiles  andamos sobrados, como de ataúdes y maletas. 

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