Opinión

Dolores de pedrea

Dolores compraba centenares de participaciones de lotería de Navidad. Le gustaba apostar poco a muchos números para aumentar las probabilidades. Cada año, los días siguientes al sorteo sus sobrinos tenían que recorrer centenares de paradas para ir recuperando monedas. No le perdonaba las pedreas de céntimos ni a las monjitas descalzas. 

Unas Navidades, días después de haber completado el tedioso encargo, su sobrino mayor quiso devolverle la faena con una broma pesada. Cuando el locutor terminó de contar los resultados de la quiniela se levantó alporizado: "Pleno al quince, pleno al quince". Dolores bordeó el infarto porque nunca había querido participar en la quiniela y se quedaba sin el pellizco que caía justo a su lado. 

"Pleno al quince, pleno al quince, tenía pleno al quince", continuó el sobrino. "¿Cómo que tenía? ¿Ya no lo tienes? ¿Por qué no lo tienes?", preguntó mientras lo zarandeaba. En un instante había pasado de no tener parte a no haber nada que repartir. "Es que esta semana no pude sellarla porque no me llegaba el dinero", comentó el rapaz reprimiendo las ganas de romper a reír por el apuro que estaba pasando su tía. 

Ella esperó con impaciencia a la siguiente ronda informativa para comprobar que efectivamente eran correctos los 15 resultados de la quiniela que tenía delante sin sellar. Después de echar cuentas durante unos minutos, tomó la firme decisión de costear ocho apuestas cada jornada para que algo así no volviese a suceder. 

Nunca supo que el sobrino fue completando los resultados en un boleto limpio a medida que los enumeraba el periodista, pero pagó la quiniela hasta el final de sus días.

Pasó el sorteo de la lotería con más 'holligans'. Unos 400.000 euros tocaron en la provincia de Ourense, 4 millones en el coruñés barrio de Monte Alto, otro tanto en Carballo, 1,2 millones en As Pontes... En Lugo, Pontevedra o Lourenzá también se dio algún brinco de alegría. La venta electrónica hace que ahora los premios gordos caigan a goteo. En total unos doce millones. Galicia había invertido 164. Excepto los contados afortunados, a casi todos nos queda cara de Dolores a la espera de la pedrea, mientras Hacienda continúa siendo el sobrino más listo.

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