Opinión

Con Hacienda y los radares no hay fallo

Hace unos días a una colega le llegó por correo ordinario una carta que contenía la invitación para un evento que se había celebrado justo un año antes. Si fuese de Hacienda, incluso le podría haber llegado con una antelación de doce meses. Es cuestión de prioridades para esta panda de (...) que pagamos entre todos. Porque de pagar nadie se salva y la mayor parte del personal que lea estas líneas lo habrá sufrido. Los que tienen las llaves del juguete están sobradamente preparados, como decía aquel anuncio, pero son muy, muy malos. Sólo tienen en cuenta lo suyo y al resto de la peña que se parte el cobre cada día para llenar de garbanzos el puchero con el que alimenta a sus hijos que le vayan dando y mucho por ese sitio que todos sabemos. 

En este país lo único que funciona a la perfección es la recaudación al pobre y los radares. La panoja es lo que sostiene un sistema indecente, por ser fino, que admite corruptelas y compadreos mientras otros se desloman para intentar llegar a principio de mes tirando de tarjeta de crédito. Lo de llegar a la última semana en pie es una expresión que ya es historia. La tan cacareada recuperación económica consiste en que unos sigan teniendo lo mismo mientras otros apoquinan para que no lo pierdan. Salen los datos del paro y, a pesar de ser malos, predican que en la comparación interanual son mejores. Y como todo puede ser verdad y mentira, también todo puede ser mentira y verdad. 

A una colega ayer la chimparon del curro justo el día que se cumplían los dos meses de prueba. Dos meses en los que no había que apandar con la cuota de la seguridad social en uno de esos programas que nos venden con solemnidad para facilitar la contratación. La culpa no es de los que mandan y nos mangonean, sino de los que obedecemos y tragamos. Hay tierra y manos. Falta voluntad para trabajarla. También es cierto que peor están en otras partes. Y así seguimos tirando y esperando una carta que no sea una multa o un rejonazo de Hacienda.

Te puede interesar