Opinión

Pero sin nadie a la vista

Ya no se trata de una bravuconada al aire, aunque bien tirada, de Xosé Manuel Beiras para desgastar a Núñez Feijóo. La querella de la Fiscalía en el Juzgado número 3 de Santiago contra dos altos cargos de la Xunta por los delitos de homicidio por imprudencia profesional grave y prevaricación al no dispensar a tiempo el tratamiento contra la hepatitis C a seis pacientes que acabaron muriendo en 2014 tendría que hacer, al menos, tambalear la candidatura del presidente gallego para repetir en San Caetano.

La situación es grave aunque el cabeza de cartel tenga el tirón de Núñez Feijó y por mucho que no se pueda llegar a demostrar de manera fehaciente la causa del óbito. Una noticia así provoca desconfianza en los pacientes de oncología, en los aquejados de enfermedades raras, en los que se tratan de afecciones coronarias y hasta en los que acuden a urgencias por un simple catarro. Siempre que- dará la duda de si se han hecho las pruebas pertinentes o si el reconocimiento ha consistido en un vistazo apresurado para ahorrar unas perras. Como el enfermo sea talludo, la desconfianza y la de sus familiares se amplifica. Resulta increíble que pueda haber galenos que antepongan intereses económicos a los médicos para no recetar un medicamento por su alto coste, pero convendremos que se trata de un mal momento para enfermar como bien saben los que pasan horas en los pasillos de los hospitales.

La política gallega tampoco está en un momento de lozanía. Esta lamentable situación puede suponer una dosis de vitaminas para una oposición que ni siquiera tiene candidato a la vista para enfrentarse a Núñez Feijóo. Es un mal síntoma. La discusión tendría que versar sobre políticas imaginativas y no sobre unos casos terribles.

Te puede interesar