Opinión

La racha de una ciudad

Una de las maneras de cotejar el estado anímico de un pueblo es patear las calles. Hay quien se fija en el número de locales comerciales sin actividad en las plazas más céntricas de una ciudad, otros en la Z de las cajas registradoras en los bares y hay, como el comercial coruñés de bebidas espirituosas que recorre la provincia, quien está atento a cualquier movimiento para no perder ocasión de negocio. Incluso le sirve el comentario de un artesano del adorno caligráfico sobre la cantidad de encargos recibidos, superando las cifras de antes de la pandemia y sin atender la advertencia catastrofista de las fuerzas de la oposición por la inflación y la incertidumbre económica que está provocando la invasión rusa de Ucrania, para aprovisionar género porque habrá demanda. El riesgo es que continúe aumentando la distancia social.

“Estoy impresionado con lo que está pasando en A Coruña, é moito. Hasta cae el Gordo de la Lotería de Navidad. Ya no hay crisis ni en el 2023 ni en el 2024”, comentó en un mensaje acompañado del macaco que guiña el ojo y unas risas. Casi al mismo tiempo, un compañero del periódico resumió la racha con clarividencia: “45 series del Gordo en A Coruña y Lugo, mimá. Tocó en todas las provincias gallegas menos Ourense”. Mientras en una parte de Galicia se celebraban los 361 millones del primer premio, la provincia interior se tenía que contentar con 46.000 euros en premios repartido por los hermanos Carballeda en Xinzo y Ourense a pesar de que el personal jugó más que nunca (16,7 millones).

Ourense tiene potencial para no envidiar a nadie aunque no pase por la mejor de sus rachas. Confía en que la oportunidad de la alta velocidad –AVE(r)– se detenga en vez de pasar sin parar como sucedió con la sede de la Agencia con la Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial (Aesia), que se llevó A Coruña, o la Espacial, que recaló en Sevilla. El comercial de bebidas espirituosas lleva razón con la racha coruñesa de los últimos meses. Las plantas de metanol e hidrógeno verde que el Gobierno central apalabró con el gigante naviero danés Maersk para abastecer su flota en A Coruña y Andalucía, con una inversión de 10.000 millones hasta 2030, se suman al arrastre de Inditex. Y no es lotería ni moda.

Te puede interesar