Opinión

Sólo alquilamos a jóvenes

La cativa –siempre será la cativa aunque  haya cumplido 21 años y viva en Madrid– y sus colegas decidieron celebrar la entrada en el nuevo año en una casa de turismo rural cerca de Betanzos en medio de la nada para estremecer el tímpano con la música sin molestar al personal. Antes de hacer la reserva creyeron que no se la iban a alquilar por jóvenes. Una vez cerrado el trato sin complicaciones ni más exigencias que un DNI y el ingreso de 150 euros de fianza pensaron: “Vaya bemoles alquilar una casa a 20 chavales”.

Los propietarios de la vivienda son una pareja de “puretillas, así como tú”; es decir, a punto de cargar con cinco décadas sobre los hombros o ya cincuentones, que por un par de años no te rebajan la consideración, y con aspecto “jipiolo”, parecido al jipi pero con título de propiedad y vestimenta de marca.

Por 200 euros la noche, o 20 pavos por cabeza, se pasaron 48 horas amplificando la entrada de año nuevo a todo volumen. El amplificador que llevaron sólo descansó unas horas cuando fueron derrotados por el sueño y se concedieron un descanso para recuperar los decibelios con las mismas ganas. A los dos días se presentó el propietario para devolverles la fianza. El puretilla jipiolo sólo echó una mirada rápida al salón para comprobar que todo estaba en buen estado. “Como éramos 20 amigos nos repartimos las tareas y ordenamos muy rápido. La casa quedó más limpia de lo que estaba, pero nos sorprendió que no quisiese ver las habitaciones”. Los chavales insistieron para que profundizase en el examen porque están acostumbrados a que en los pisos de estudiante que alquilan les rateen la fianza o se inventen algún desperfecto para no devolver el anticipo. Pero el propietario les desmontó el estereotipo sobre la juventud con la respuesta: “Sólo alquilamos a chavales. Con los adultos, aunque sean amigos, nos lo hemos prohibido porque dejan todo mucho más sucio y son más destrozones que los jóvenes”. El comentario provocó cierta perplejidad en el grupo de veinteañeros que se encontraron con que por una vez la corta edad no penalizaba para alquilar una vivienda, aunque sea por dos días. “Nos quedamos mucho más tranquilos cuando vimos que en el DNI del que reservó ponía que había nacido en 2001”.

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