Opinión

Todos somos culpables de los incendios

   

Y seguiremos sin darnos cuenta de la importancia del monte hasta que el fuego nos abrase los pies. Mientras arda en la parroquia del vecino no pasa nada. Y podemos seguir criticando la descoordinación del servicio antiincencios y al Gobierno que esté al frente de la Xunta. Tendremos tema para muchos veranos, pero Galicia seguirá ardiendo independientemente de la fuerza política que situemos al mando mientras no asumamos que se trata de un problema de país y alejemos el monte de los fuegos de artificio político. 

Todos somos culpables de los incendios forestales. Excepto el monte y la climatología, no hay inocentes. La tierra trabajada no arde, produce. ¿Han visto alguna vez quemarse un olivar o tienen noticias de que haya sucedido? y eso que las temperaturas en Andalucía admiten todos los calificativos cuando llega la temporada seca excepto el de benignas. Claro que los olivos producen oro líquido, como ya empiezan a ser conscientes en la provincia de Ourense. 
Hace unos meses, este chófer de anécdotas recibió la visita de un vecino con la noticia de que un pequeño monte que había dejado padre en herencia tenía una maleza que superaba la altura de los pinos. Ni siquiera madre era consciente de que esa diminuta parcela era de nuestra propiedad. Otra vez hay que repetir lo que comentó un experto forestal –disculpas por no recordar su nombre– cuando se le preguntó por qué ardía cada verano Galicia. "No sabemos lo que tenemos, ni dónde lo tenemos ni cuánto vale". 

Durante el Gobierno bipartito, Alfredo Suárez Canal, conselleiro de Medio Rural, intentó activar el Banco de Terras, una iniciativa novedosa para poner el monte a producir. Pero se dijo que los nacionalistas querían quedarse con las tierras por la jeta y eso que ni siquiera sabíamos que las teníamos. En Galicia resulta imposible mover un marco sin que te cueste las siguientes elecciones y por eso ningún Gobierno quiere quemarse. Es comprensible, pero el que lo haga pasará a la historia. Maryam Rey, presidenta de la gestora de Vox en A Coruña, ejemplificó con un tuit hasta dónde puede llegar la memez política: "Culpable Xunta Galicia por no mantener los bosques limpios y contratar a quien sólo habla gallego".

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