Opinión

Clint eastwood

Creo haber visto casi todas las películas proyectadas en España de este monstruo del cine salvo do o tres (‘Bird’, ‘Million Dollar Baby’, ‘Los puentes de Madison’) y son muy contadas las decepciones del actor y director. Me empecé a fijar en Clint, en aquellas ‘vaqueradas’ rodadas en Almería, en las que un lacónico vaquero alto, zurdo y fumador no dejaba un enemigo vivo.


Corrían los primeros 70 en una España que empezaba a clarear pero que aún era más gris que soleada. Aquel tipo me gustaba.


Era como los héroes del Oeste que había conocido unos años antes en las novelas de Marcial Lafuente Estefanía. Llegó la serie de Harry, la primera ‘El Sucio’, cuando España estaba luminosa con la democracia recién llegada.


Aquel policía justiciero que no respetaba las leyes, que decidía la muerte de los perdedores me asqueó. Uno de los primeros artículos que publiqué en un diario fue la crítica a ese tipo de policía.


Eastwood, sin embargo, siguió tirando de mí de cine en cine y, poco a poco, percibí como evolucionaba hacia posiciones progresistas. Denunció la pena de muerte: Fue capaz de mostrarnos las dos caras de la batalla de Iwo Jima con dos películas que contaban cada una la guerra desde un lado. Fue la primera vez en la que los soldados japoneses eran seres humanos con miedo, con vida familiar, descontentos con su destino. Sensacional.


Las películas de Eastwood empezaron a contar la vida de los fracasados, de los amores sin futuro, de las injustica del poder.


Atrás quedaron los héroes de cartón. Hace poco contaba en una entrevista que era un progresista en lo social y un conservador radical en lo económico. Y por eso sus películas como director evolucionaron de forma tan sorprendente. La última es: ‘El Intercambio’. Un suceso real ocurrido en Los Ángeles, California, en los años 30. Una madre se tiene que enfrentar con un corrupto departamento de policía para que busquen a su hijo pequeño. Es un retrato estupendo de los abusos policiales de aquello años. Una película que debe obtener un Oscar. Una gran historia magníficamente contada. Otra de las grandes del gran Clint Eastwood.


Un gran actor y sobre todo un extraordinario director. Gracias maestro.



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