Opinión

El culebrón San Gil

Al final María San Gil ha sido coherente y se va. No se presenta a la reelección para la presidencia del PP del País Vasco y no se presentará a los comicios autonómicos. Planteado el conflicto en los términos que lo había hecho San Gil sólo había dos salidas: o Rajoy cambiaba su discurso y anunciaba que nunca pactaría con PNV y CiU, o, como parece más lógico, San Gil se marchaba. Además San Gil recibió el mensaje lanzado por sus compañeros del País Vasco mediante una abstención que la desautorizaba con claridad. Rajoy no hizo nada por retener a San Gil porque sabe que su marcha no será un lastre para el PP. El ex alcalde de Vitoria Alfonso Alonso, partidario de crecer electoralmente en el País Vasco buscando votos entre los moderados que hoy votan al PNV, puede ser una alternativa muy valida. Rajoy cedió ante María San Gil en la ponencia política sabiendo que es papel mojado. Nadie en el PP se acordaría de lo que dice la ponencia política si llegado el momento, como ocurrió con Aznar, los conservadores dependieran de PNV y CiU para gobernar.


Rajoy cedió ante María San Gil en la ponencia política sabiendo que es papel mojado Como era de esperar, la renuncia de San Gil y la baja como militante de Ortega Lara han sido la percha a la que se han enganchado todos lo enemigos de Rajoy agrupados en Aznar&Company, con Esperanza Aguirre a la cabeza quien, por primera vez, ha descalificado la gestión del presidente del PP, y de la que forman parte la COPE y El Mundo. Pero pese a tanto cambalache nadie levanta la mano para ser el rival de Rajoy en el Congreso de junio, posiblemente porque Mariano Rajoy sigue teniendo el apoyo de los presidentes territoriales del PP que más delegados llevan al Congreso.


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