Pilar Urbano es una veterana periodista que tuvo su momento de gloria en la transición como comentarista política. Tenía unas magníficas fuentes en UCD y AP, lo que le permitió avanzar decisiones, acuerdos y otras informaciones de alto interés. Después casi desapareció y en los últimos años está dedicada a escribir libros increíbles y alguno de importancia como el de hace 13 años sobre la Reina. Por eso, entre el desmentido de la Casa Real y la versión que da Pilar Urbano me quedo sin dudar con la versión de la Zarzuela. Pero, en todo caso, me sorprende mucho el revuelo que han creado algunas de las ideas expresadas, o no, por Doña Sofía. No hay ninguna novedad, nada que no supiéramos, o por lo menos intuyéramos. ¿A quién asusta que la Reina sea contraria al aborto, que no le guste que a las uniones de gais o lesbianas se les llame matrimonios? ¿Quién pensaba que Doña Sofía fuera una defensora de la escuela laica? Dejémonos de cachondeos, en lo declarado, o no, por la Reina no hay nada nuevo.
Ni siquiera se puede argumentar que Doña Sofía se ha metido en el debate político, ya que las leyes están aprobadas y non son objeto de discusión pública. Los demócratas deberían ser más generosos y concederle a la Corona un margen de libertad de expresión. No pasa nada porque la Reina en un libro dedicado a celebrar su 70 cumpleaños diga algunas cosas en lo que se podría llamar terreno político. Hasta ahora su comportamiento ha sido impecable y seguro que lo seguirá siendo, y que se suelte el pelo una vez es un síntoma de libertad que no debe cortarse. Desde esta columna republicana, un aplauso para Doña Sofía, hubiera dicho, o no, lo que aparece en el libro de Pilar Urbano.