Cuestiones como qué es un envejecimiento activo, cuáles son sus beneficios y qué tipo de actividades se fomentan desde las administracio nes centraron ayer la ponencia Experiencias e maiores activos impartida por la educadora social, Rosa María Gómez.
¿Cuáles son las claves de un envejecimiento activo?
Principalmente, levantarse cada día con un objetivo claro: saber lo qué se quiere hacer. Pero no sólo en la actividad lúdica sino en la vida cotidiana, porque el envejecimiento activo es una combinación de ambas. Siempre recomiendo que los mayores sigan haciendo las actividades normales, desde las labores de la casa hasta el cultivo de la huerta, con actividades tan comunes como pueden ser pelar patatas o leer una revista.
¿Qué papel juega la familia en este proceso?
La familia es fundamental en todo este proceso, que no deja de ser una etapa más en nuestra vida. La mayoría de las personas mayores que participan en actividades lo hacen incitados por sus seres queridos. A ellos les corresponde motivarles, insistir para que no dejen de lado la actividad diaria.
¿Qué necesidades tienen los mayores?
Desde las distintas administraciones se está trabajando cada vez más en el desarrollo de políticas de envejecimiento activo, tanto con la puesta en marcha de programas como con la creación de centros sociales desde los que se impulsen actividades. Es fundamental que se creen puntos de encuentro donde los mayores se sientan protagonistas y que sean ellos mismo los que decidan qué actividades quieren hacer, con el apoyo y supervisión de una persona especializada. También es importante la puesta en marcha de programas intergeneracionales donde, personas de distintas edades, compartiesen ocio y formación.
¿Hay diferencias entre envejecer en el rural o la ciudad?
Sí, pero no necesariamente tienen que ser negativas. Es cierto que en la ciudad puede haber más actividades y recursos, pero generalmente carecen de esos espacios abiertos y actividades agrícolas tan propias de nuestros mayores.
Principalmente, levantarse cada día con un objetivo claro: saber lo qué se quiere hacer. Pero no sólo en la actividad lúdica sino en la vida cotidiana, porque el envejecimiento activo es una combinación de ambas. Siempre recomiendo que los mayores sigan haciendo las actividades normales, desde las labores de la casa hasta el cultivo de la huerta, con actividades tan comunes como pueden ser pelar patatas o leer una revista.
¿Qué papel juega la familia en este proceso?
La familia es fundamental en todo este proceso, que no deja de ser una etapa más en nuestra vida. La mayoría de las personas mayores que participan en actividades lo hacen incitados por sus seres queridos. A ellos les corresponde motivarles, insistir para que no dejen de lado la actividad diaria.
¿Qué necesidades tienen los mayores?
Desde las distintas administraciones se está trabajando cada vez más en el desarrollo de políticas de envejecimiento activo, tanto con la puesta en marcha de programas como con la creación de centros sociales desde los que se impulsen actividades. Es fundamental que se creen puntos de encuentro donde los mayores se sientan protagonistas y que sean ellos mismo los que decidan qué actividades quieren hacer, con el apoyo y supervisión de una persona especializada. También es importante la puesta en marcha de programas intergeneracionales donde, personas de distintas edades, compartiesen ocio y formación.
¿Hay diferencias entre envejecer en el rural o la ciudad?
Sí, pero no necesariamente tienen que ser negativas. Es cierto que en la ciudad puede haber más actividades y recursos, pero generalmente carecen de esos espacios abiertos y actividades agrícolas tan propias de nuestros mayores.
