Siete reformas educativas en una democracia que no llega a los cuarenta años de vida. Parecen demasiadas y a uno le da por pensar en las manos frotadas de los editores de libros de texto. Uno de los motivos que se ha esgrimido como bandera y justificación de todas las reformas es el de mejorar los índices de fracaso escolar; del treinta por ciento actualmente en nuestro país. ¿Realmente es el sistema educativo el único culpable?
Es interesante analizar el ejemplo del mundo adulto que ven los niños y adolescentes antes de abandonar los estudios. Para muestra un botón: tenemos a una exconcejala que tras masturbarse, grabarlo con su móvil, enviárselo a alguien que no era su marido y hacerse pasar por una Juana de Arco del feminismo, ha conseguido convetir a la televisión en su trampolín a la fama, dejar de lado sus principios (si los tiene), para terminar siendo tertuliana de la caja más tonta, y gracias a todo eso, seguramente le ha dado un buen bocado a su hipoteca. Al mismo tiempo, al mejor físico europeo de los dos últimos años le es denegada una beca para seguir investigando en España.
CRÍA CUERVOS.
CRÍA CUERVOS.