UN HINDÚ EN OURENSE

Así se puede resumir la peripecia de la mayor biblioteca del mundo sobre Sir Rabindranath Tagore, en manos de un particular, por la ciudad de As Burgas.
El tema sobre la ubicación de una hipotética biblioteca sobre el Nobel en la ciudad de Ourense viene de lejos. Distintas administraciones de carácter autonómico, provincial y local establecieron contacto con su propietario, aunque en ningún caso se pudo llegar a un acuerdo. Las condiciones que exige el propietario, y que las diferentes administraciones públicas declaran 'no poder asumir', son aquellas relacionadas con la óptima conservación de la obra, su difusión y la financiación de acciones de carácter pedagógico y de investigación, junto con la construcción de un centro Tagore que sirva de canal comunicativo entre estudiantes y profesores de Oriente y Occidente.

La donación sería efectiva si las autoridades públicas y políticas garantizasen todas estas 'extravagancias' del propietario. El problema es que, al igual que el protagonista de la película francesa, las obras del laureado autor desembarcaron en una ciudad donde la cultura está supeditada a la vida moderna. Los poderes públicos y políticos están más dispuestos a financiar, con el dinero de todos, la mediocridad cultural en aras de sus consagrados y periódicos ejercicios de onanismo político. En Galicia la financiación de la cultura responde a otros criterios, principalmente los que tienen que ver con el favoritismo político y la dudosa promoción de regiones y lugares específicos. Aunque, por supuesto, existen gratas excepciones. Debemos celebrar que al menos un particular ourensano no posea la mayor colección de pintura sobre Claude Monet o Gustav Klimt, de lo contrario, y al igual que paso con la obra de Tagore, estaría almacenada en varios locales comerciales en el centro de la ciudad.

En fin, esperemos que la ciudad que albergue esta vasta obra sepa apreciar lo que en Galicia miramos con extrañeza y recelo, el deseo exótico de un pedagogo retirado. Por nuestra parte continuaremos con la cultura que en opinión de nuestros políticos es más digna de ser financiada y que por supuesto consideran que nos merecemos. Mientras en otra ciudad visitarán un centro de dedicado al genial escritor nosotros estaremos entretenidos en cualquier fiesta gastronómica, iremos los domingos a ver interesantes actos deportivos de clubes que no pagan sus impuestos y que solicitan dinero público para atajar sus desmanes, y bailaremos las noches de verano en maravillosas verbenas amenizadas, ya no se sabe si de música o camiones rellenos de luces de colores.

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