La proliferación de accidentes de tráfico con caballos de por medio han hecho saltar la voz de alarma en las comarcas de Celanova y Baixa Limia. El último, sucedido en Verea el pasado viernes, centró la reunión mantenida esta semana entre el alcalde Juan Antonio Martínez y el vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana. Una charla donde ambos mandatarios fijaron, a su vez, centrar las bases para la construcción de una residencia de ancianos y centro de día en el núcleo de Carballo.
El alcalde del Concello de Verea, Juan Antonio Martínez, viajaba esta semana hasta Santiago de Compostela para reunirse con el vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana. Una cita en la que ambos políticos mostraron su preocupación por el alto número de accidentes que se producen en las carreteras a causa de los caballos. No era un tema que llevara en la agenda, pero al tratarse de un asunto tan grave y que pertenece al ámbito del Bloque, le pedí si a través de la Consellería de Medio Rural se puede obligar a los propietarios de estos animales a poner un microchip que los identifique, comentaba Juan Antonio Martínez. Una petición que Quintana se comprometió a traspasar al conselleiro de Medio Rural. Según el alcalde del PP aquí, en Verea, como en otros muchos puntos del rural, los caballos andan sueltos por el monte y, en ocasiones atraviesan la carretera causando graves percances. Y no sólo en viales secundarios, sino que estamos hablando de la OU-540, describía Juan Antonio Martínez.
Desde el vecino Concello de Bande, José Antonio Armada, denunciaba hace unos días el mismo hecho. Hay caballos salvajes y también con dueños, pero cuando ocurre un accidente todo el mundo se lava las manos, al tiempo que aseguraba que parece que estamos esperando a que ocurra una desgracia humana para tomar las medidas oportunas.
Desde el vecino Concello de Bande, José Antonio Armada, denunciaba hace unos días el mismo hecho. Hay caballos salvajes y también con dueños, pero cuando ocurre un accidente todo el mundo se lava las manos, al tiempo que aseguraba que parece que estamos esperando a que ocurra una desgracia humana para tomar las medidas oportunas.
