Alemania vuelve su mirada hacia Karl May cien años después de su su muerte

El centenario de la muerte de Karl May, que se cumple hoy, ha hecho que Alemania vuelva una vez más la mirada sobre la vida y la obra del autor de 'Winnetou' y 'Old Shatterhand'.

Rodrigo ZuletaLa obra de Karl May, integrada exclusivamente por novelas de aventuras, logró un gran éxito. En total, se han vendido 200 millones de ejemplares de libros de May, cifra que sólo superan Agatha Christie y Joanne K.Rowling.

No obstante, la gran aceptación del público ha estado generalmente acompañada de un cierto desprecio por parte de la crítica especializada, en un país como Alemania en donde las fronteras entre literatura culta y literatura popular han sido tradicionalmente más rígidas que en otros países europeos.

Una excepción, ha sido Helmut Schmiedt, profesor de Filología germánica en la Universidad de Coblenza, que desde el comienzo de su carrera académica se ha ocupado tanto de la obra de Goethe como de las novelas de Karl May.

De hecho, su tesis doctoral, presentada en la Universidad de Bonn a finales de los años 70, se titulaba 'Karl May. Studien zu Leben, Werk und Wirkung eines Erfolgschrifsteller' ('Karl May, Estudios sobre la vida, la obra y la repercusión de un escritor de éxito').

Ahora, con motivo del centenario de la muerte del autor, Schmiedt ha publicado una biografía titulada 'Karl May oder die Macht der Phantasie' ('Karl May o el poder de la fantasía').

En el título hay cierta ambigüedad, ya que, mientras por una parte apunta a la fantasía que nutre la creación literaria, por el otro lado se refiere a la supuesta condición de impostor de May, que en un momento dado de su carrera se presentaba como si él hubiese vivido personalmente las aventuras de sus personajes y vendía sus novelas como libros de viaje.

Schmiedt sostiene la tesis de que, más que una impostura, lo que había en esa actitud de May era un reflejo de su personalidad narcisista, que terminó llevándole a la imposibilidad de distinguir entre realidad y ficción.

Otra biografía, escrita por el periodista Rüdiger Schapper, apunta ya en el título a esa supuesta condición de impostor que muchos críticos suelen atribuir a May. 'Karl May. Untertan, Hochstapler, Übermensch' (Karl May. Súbdito, impostor, superhombre') es el epígrafe del libro de Schapper publicado por la editorial Siedler de Múnich.

Ambas biografías describen además la evolución de May, que nació en una familia sin recursos y que en su juventud le llevó a involucrarse en un mundo de pequeños criminales, lo que terminó conduciéndole a la cárcel, donde empezó a escribir.

Los dos libros también se ocupan de la aceptación que ha tenido May a lo largo de la historia y resaltan cómo su figura ha sido instrumentalizada, y también vilipendiada, por ideologías de la más diversa índole.

Los nazis, por ejemplo, tuvieron una actitud ambivalente ante May, ya que, aunque el propio Adolf Hitler veía en 'Winnetou' un modelo para la juventud alemana, muchos ideólogos del nacionalsocialismo consideraban que los libros del escritor ensalzaban la mezcla de razas y elementos de propaganda pacifista.

Desde la izquierda, ha habido quien ha acusado a May de ser un propagandista del imperialismo y un precursor del nacionalsocialismo. Otros expertos, sin embargo, han visto en sus obras un elemento liberador, relacionado con el mito del buen salvaje de Jean-Jacques Rousseau.

Así, por ejemplo, la activista pacifista Bertha von Suthner sostenía que quien oía hablar a May sentía que 'desde su corazón salía la fuerza del bien'. Y ahora, en la ola de publicaciones con motivo del centenario de su muerte, hay una colección de ensayos de Gerd Ueding dedicada a la energía utópica que se desprende de los libros de May.

El filósofo Ernst Bloch -cuya obra inspiró a la Escuela de Fráncfort y al movimiento estudiantil de los años sesenta y setenta y considerado como un gran teórico de la utopía- decía que en el ámbito de la cultura solo existían 'Karl May y Hegel, todo lo que hay en el medio es una mezcla impura'.

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