Resuelven, tras 50 años, conjetura matemática sobre partículas en líquidos

Dos investigadores del CSIC han descifrado las trayectorias de las partículas del líquido en reposo, que al igual que en los gases, y al contrario que en los sólidos, se mantienen en movimiento, con trayectorias muy complejas y enmarañadas, a pesar de la estabilidad de sus medios.
El hallazgo, publicado en la revista Annals of Mathematics, resuelve una conjetura abierta hace cincuenta años, y se enmarca dentro de la principal línea de investigación para la comprensión de los fenómenos de turbulencia y la estabilidad en mecánica de fluidos.

En un plano más cercano, las trayectorias de las partículas demostradas por estos dos investigadores, de 30 y 33 años de edad, respectivamente, también son seguidas por las moléculas atmosféricas.

'Este resultado subyace a la turbulencia que explica los problemas asociados para predecir la evolución de los fenómenos atmosféricos y determinados sucesos meteorológicos', ha explicado uno de los responsables del descubrimiento, Alberto Enciso, del Instituto de Ciencias Matemáticas.

Asimismo, estas trayectorias son aplicables a los fenómenos de fusión nuclear que se producen en el Sol y en los campos magnéticos asociados al plasma.

Se sospechaba que las trayectorias de las moléculas son muy complicadas, pero hasta ahora no se había demostrado matemáticamente qué sucedía en los líquidos, un interrogante abierto desde hace cincuenta años.

Las moléculas describen líneas de corriente 'extremadamente complejas', ha afirmado Enciso, quien junto con Daniel Peralta, también del CSIC, ha resuelto un problema cuyas bases se remontan a hace 250 años, cuando el físico y matemático suizo Leonhard Euler postuló la ecuación de los fluidos estacionarios bautizada con su apellido.

El trabajo de Euler trataba de analizar qué leyes de movimiento rigen el comportamiento de las partículas de un fluido en estado estacionario.

Por tanto, sus investigaciones serían aplicables a las moléculas que conforman el contenido de un vaso de agua; aunque el líquido esté aparentemente estable, sus partículas están sometidas a movimientos continuos dentro de su medio.

En la década de los sesenta, el matemático ruso Vladimir Arnold avanzó con la ecuación de Euler, lo que animó a la comunidad científica a buscar soluciones matemáticas para explicar algo probado a simple vista, con la disolución de gotas de tinta en agua.

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